1. Dos hermanas pervertidas parte 1


    Fecha: 05/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Chuy, Fuente: SexoSinTabues30

    ... negarse.
    
    Pero es también que ante tales manoseaos en su cintura y sobretodo sus nalgas y esa grosera punteada de verga que recibía su vientre , que poco a poco, fue víctima de placenteros éxtasis en su vagina iba produciendo esa humedad lubricante, que se potencializo aún más cuando el viejo, con más intrepidez que maña, buscaba dedearle el orificio posterior bajo sus nalgas. Fue un gusto tremendo para la hermosa nena, que sentía incluso como se escurría su vagina, una sensación tan indescriptible y solo digna para su propio cuerpo El viejo no se atrevía del todo a acariciar ese grandioso lugar dado que aun creía en la posible resistencia de la chamaca. Lo que lo hizo alentarse fue esa respiración pesada que la colegiala maquinaba, señal inequívoca de la precisa debilidad que esa mano le causaba y prueba de ello fue que ella misma, con arte erótico, paraba sus muy bien proporcionado culito para que este hombre tuviera mejor acceso y este empezara a escarbar sobre ropa.
    
    El viejo verdulero estaba que no se la creía. La increíble realidad le estaba permitiendo derechos sobre una nena muy pero muy lejana a sus condiciones y predispuesta para él. Llevó sus manos hacia la cadera de la chica y con paso intrépido la rodeo para poder girarla y quedar pegado por detrás de ella. La colegiala, que había actuado negligente ante estos movimientos, podía sentir la dureza de aquel falo que la chocaba con entereza justo en medio de sus nalguitas, sintiéndose altamente nerviosa llevándola a un éxtasis indescriptible sobre toda su anatomía. Aquella erección empezó a friccionar con más ganas como si el viejo verdaderamente la estuviera penetrando a placer, maniobrando al mismo tiempo unos toscos palpamientos en la zona vaginal. La nena realmente empezaba a disfrutarlo, trataba de evitarlo sus cansadas respiraciones, sus ahogados gemidos, ese apretar de labios y sus ojos cerrados eran tentativa de ello.
    
    El hombre prácticamente la estaba masturbando, aun cuando solo estaba tocándola por encima de sus liviana faldita y aun así ella no podía resistirse, se sentía tan rico todo ello que permitió que este bajara sus manos por sus muslos y de nueva cuenta volviera a subir pero ahora por debajo de su falda, recorriendo su tanguita y manoseando su vientre plano, sin ningún modo, ni siquiera un gesto involuntario, toda ella cedía al placer ajeno del verdulero
    
    El viejo manoseaba todo ese vientre, hurgo por su ombliguito y sin más, bajo directamente hacia la tanga de la nena, metiendo sus manos y descubriendo unos finos vellos vaginales recién rasurados. MÓNICA se llenaba de sacudidas placenteras, el viejo le respiraba sobre el cuello y eso era un aliciente perfecto para debilitarla. Luego el hombre le empezaba a puntear una vez más y ella era bruscamente movida, prácticamente parecía una muñequita DE TRAPO que se dejaba ser y hacer. Apolinar, al tiempo, empezó a meter sus dedos mucho más abajo, encontrando la zona prometida y mejor aún, en un estado lubrico y apto ...