1. Dos hermanas pervertidas parte 1


    Fecha: 05/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Chuy, Fuente: SexoSinTabues30

    ... he estado con una princesita así tan bonita como tú él volvía a endulzar con sus palabras a la niña hecha hembra
    
    – Don Apolinar… -decía la bonita con aire resignado y un enternecimiento que le volvía a ganar.
    
    -Nada más un ratito, siiii. Tienes un cuerpo pero bien rico mijita. Ándale. Dale gusto a este pobre viejecito que se conforma con estar contigo, aquí, solo, en su cumpleaños.
    
    La mujer con esa compasividad sincera, que la hacía vulnerable, sentía que sería actuar mal negarse a esa forma de generosidad, la única que podría entregarle a este desdichado (y libidinoso) viejo. Además este ya se había detenido en sus avances con ella, dejándola menos atosigada, diciéndose ella misma que mientras resistiera nada podría pasar a mayores.
    
    -Ok. Pero solo un rato más porque de verdad, me tengo que ir si no mis padres pueden regañarme..Y que conste que lo hago por su cumple nada mas ¿ok? –decía la nena como justificando lo evidentemente injustificable, a sabiendas de que con esto la dejarían en paz libertad. Colocó sus manitas en el pecho de su acosador y estas viajaron, hasta los hombros.
    
    -Gracias mi vida. Me haces pero bien feliz. No sabes lo rica que estas.
    
    La esplendorosa colegiala, con poco más de sosiego, podía poner atención a ciertos detalles, como el sudor incansable del viejo, el aroma del sudor o, y de manera precisa para ella, aquella dureza que estaba vacilando por su vientre que se movía, precisamente, con cada paso, cada movimiento del baile, posicionándose justo a la altura de su parte más que sensible.
    
    Un cosquilleo curioso e impertinente le atacaban de manera involuntaria. Trataba, básicamente de alejarse lo más posible, cosa infructuosa dado que ella era la que estaba presa, así que seguía siendo víctima de sus propios y rebajados cosquilleos, mordiéndose los finos labios, como si con eso intentara contener lo bien que la estaba pasando.
    
    Miraba hacia otra parte pero siempre caía en la grotesca, aunque llamativa para ella, cara del degenerado, que de repente dejo que sus manos nuevamente bajaran de la cintura de la chica y ya no tan disimuladamente agaraba una de las nalgas de la nena.
    
    La nena aguardo, querer seguir desistiendo era una batalla perdida, o eso quería pensar, pues según ella tan pronto terminara con el ‘bailecito’ dejaría de ser ‘manipulada’ de esa manera..
    
    Nada más que esto servía para alentar al hombre, era muy obvio, porque sus avances fueron más propensos y eran ya una especie de tanteo de todo ese par de duras nalgas medio desarrolladas, sobándolas a más no poder a su antojo.
    
    Así pues, la pobre jovencita solo lograba contenerse manteniéndose abrazada al inconsistente cuerpo del vejete, permitiendo los sobajeos, cada vez más predispuestos a una consecuencia de los que cualquier hombre tendría al tener a tan joven niña. Ella lo justificaba todo, en base a que simplemente era parte del ‘regalo’ que un pobre viejecito rogaba lastimosamente y ella no siendo una chica malvada no debía ...
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