1. El trabajo del electricista


    Fecha: 26/11/2019, Categorías: Gays Autor: Klaus, Fuente: TodoRelatos

    ... poco de jaleo.
    
    - Nooo, pero esto era trabajo, no venía para nada más –se le entrecortaba un poco la respiración y el rabo se le iba poniendo tieso, como estaba con la espalda pegada a la puerta y no había apartado la cadera, yo le seguía tocando de arriba a abajo. Tampoco se estaba resistiendo mucho.
    
    - Ya no es trabajo, sólo ibas para casa. Pensé que te venía bien que te ayudara a ir relajado. Tú imagínate lo que quieras.
    
    Apagué la luz y me puse de rodillas. Entraba el reflejo del pasillo por debajo de la puerta y yo veía a contraluz. Le tanteé la cremallera del pantalón y se la bajé. Aquello no era una herramienta del cinturón de trabajo. Más larga y más gruesa. Parecía un mango de un destornillador bien grande.
    
    - Tío, que llevo todo el día trabajando, estoy más que sudao –inició una protesta.
    
    - Y yo vengo del gimnasio, espero que no te importe –busqué el borde del calzoncillo para bajarselo, sin quitarle el pantalón. Saltó como un resorte.
    
    - Nunca estuve con un tío… -volvió a quejarse, pero la polla no se quejaba. Le brillaba el capullo con el reflejo de la luz.
    
    - ¿Y nunca te la chuparon? –pregunté.
    
    - Jodeer, sí, pero siempre tíaaaaas… ostias!
    
    Esto se le escapó cuando me metí la punta de su herramienta en la boca. Tampoco intenté mucho más, porque con el rabo que gastaba no me iba a dar la boca para meterme mucho más. Le chupé con la lengua por el frenillo. Ya no decía nada más, solo bufaba y apretaba la espalda contra la puerta, mientras yo le trabajaba un poco. Tenía extendidos los brazos en cruz, agarrando las estanterías de los lados.Tampoco había que darle mucha conversación, no se cabreara porque de pronto pensara que un macho no podía estar haciendo algo así.
    
    Yo con una mano le sujetaba el manubrio mientras le chupaba y con la otra me bajé los pantalones y las mallas del gimnasio, que era difícil con una sola mano. Me quedé en pelotas de cintura para abajo, pero no tenía frío.
    
    - ¿Alguna vez se la metiste por el culo a una tía? –pregunté, mientras jugueteaba con el pulgar la punta del capullo, no se fuera a desconcentrar. Supuse que la respuesta era sí- ¿y te gustó?
    
    - Síii, buf!
    
    - Pues un culo es un culo, ya sabes.
    
    A oscuras yo sabía donde tenía una caja con lo que necesitaba, porque no era la primera vez que el trastero tenía esta utilidad. Así que alcancé un preservativo y lo abrí con una mano y los dientes. Tiré el envoltorio y se lo empecé a poner mitad con la boca mitad con la mano y lo bajé hasta la base. Creí que se quedaba corto. Tenía lubricante también, así que me lo eché en la palma de la mano y me lo pasé por atrás.
    
    Yo ya me había acostumbrado a la oscuridad y supuse que él también. Me di la vuelta y apoyé un pie en un banquito que tenía para alcanzar los estantes altos, pero hoy me venía bien para colocarme mejor. Le agarré la polla por atrás y me la coloqué en la entrada del ojete.
    
    - Algo tendrás que hacer de tu parte –le dije.
    
    - Como empiece a culiarte fuerte lo mismo te ...