El compadre de mi padre 3 - Relatos Eróticos

El compadre de mi padre 3

... tanto que yo también quería disfrutármelo.

Nicolás:

_Estaba muy asustado, lo único que quería era dormir y despertar de esa pesadilla. Nos metieron a seis en una celda toda sucia, y nos encerraron hasta el día siguiente, esa noche no pude dormir.

Cerca de las seis de la mañana nos abrieron las rejas de las celdas, era hora del baño, automáticamente mi estómago se revolvió, todos se formaron afuera de sus celdas en una fila, y los guardias pasaban revisando, yo no salí por lo que un guardia se acercó de mala gana a sacarme.

_ Sal y ponte en la fila.

_ Señor por favor, no me siento bien.

_ No te sientes bien o no quieres?– dijo sacándome a la fuerza de la cama – Ve haciéndote de la idea, serás la puta de todos los presos a partir de ahora.

Eso me asustó demasiado.

Me formé, pero mis piernas estaban temblorosas.

Dante:

_Mi celda estaba a unas 5 celdas de la suya, vi como lo sacaban prácticamente a rastras, las piernas parecían que no le respondían, estaba visiblemente asustado, el baño era grande y entraban de veinte en veinte, pues esa era la cantidad de duchas.

En un momento a otro uno que entró en el grupo con Nicolás se acercó al guardia y le dijo algo, los agentes se fueron y nos dejaron solos, Nick no se percataba de nada, solo fue directo a una ducho y se disponía a bañarse muy rápido para salir de ahí, pero estaba equivocado.

El que se le acercó era un tipo que le apodaban calvo, y con sus compañeros se acercaron a Nicolás y lo rodearon.

Algo le estaba diciendo que no podía escuchar pero imaginaba que era.

Nicolás:

Yo solo quería terminar lo más rápido posible de ahí, entré y fui de frente a la ducha, no miré a nadie.

_ Hola princesa– me dijeron por atrás.

En ese momento solté el jabón y me asusté, tanto que me quedé en shock.

_ Si te saludan, tienes que voltear– dijo el tipo girándome violentamente.

_ No por favor no me hagan nada– dije yo rogando.

_ Cállate, eso no te va a servir aquí- dijo el tipo tirándome un bofetón que me arrojó al suelo.

Luego entre varias me levantaron y me sostuvieron para que empezaran abusar de mi.

Dante:

_Desde donde estaba yo miraba lo que pasaba, y decidí intervenir, no porque me importara, sino que como tenía intenciones de follármelo, no quería que otros lo utilizaran primero.

Mi grupo que éramos cuatro negros, me siguieron.

_ Será mejor que te detengas si no quieres tener problemas conmigo– dije.

_ No quieras tener problemas conmigo negro– dijo el calvo.

_ Tócale un solo pelo y veremos quien tiene los problemas.

_ ¿Qué acaso lo conoces?

_ No, y no me importa quién es, solo quiero comérmelo primero, y no me gusta la comida manoseada con babas asquerosas como la tuya.

_ Cuida tus palabras negrito- dijo

_ Cuídalas tú– dije y mi grupo se acercó ya que sintieron la amenaza.

_ Vaya, viniste con tu manada de simios –dijo haciendo una seña.

Los demás dejaron tirado a Nicolás.

_ No quieras iniciar una pelea– ...