El compadre de mi padre 3 - Relatos Eróticos

El compadre de mi padre 3

... encontraba algo entusiasmado, el chico era sumamente lindo, y creo que esa belleza aportó a incrementar mis ansias por comérmelo.

Compartía con mis 3 compañeros de celda que al mismo tiempo eran mis secuaces, bromeaban al respecto, que si luego después de mi lo iban a coger uno por uno, que si iba a ser nuestra perrita.

_ Eso lo decido yo– dije yo amedrentándolos.

Finalmente, al cabo de un rato llegó, aún estaba con su uniforme, pantalón jean, camisa y botas de cuero, yo por el contrario solo tenía el vividi y el bóxer.

_ Bue… Buenas noches– dijo Nicolás con la voz temblorosa.

_ Vaya, vaya, pero miren a quien tenemos aquí.

Yo me puse de pie y me acerqué a él, le sacaba una cabeza por encima, me miraba de pies a cabeza y finalmente dirigió su vista a mis ojos.

Me encantaba cuando mi presa, temblaba de miedo al tenerme frente a mí.

_ Fue buena idea a que vinieras, hubiese sido una lástima que alguien tan bonito como tú fuese violado por todos esos asquerosos– dije acariciándole el rostro.

_ La putona vino por su buena ración de verga– dijo uno de mis compañeros.

_ Guarden silencio si se van a quedar, de lo contrario lárguense a dar una vuelta -dije

Después de ello se callaron, solo se escuchaba la respiración entrecortada del chico.

_ Quítate la ropa– le ordené dirigiéndome a él.

Nicolás empezó a obedecer, pero empezó a llorar.

_ Si te sirve de consuelo, como premio por ser tan obediente te lo voy a hacer tan despacito que te va a gustar.

_ Es que a mi no me gustan los hombres– dijo él con lágrimas en los ojos.

_ Pero de ahora en adelante te van a encantar – dije.

El chico lentamente se desnudó, y quedándose sin ropa, pude ver su piel blanca, sin ningún bello en el cuerpo, totalmente lampiño, salvo el de sus genitales.

Al verlo todo bien formadito con su cintura estrecha, mi pene reaccionó, y salió por si solo de mi trusa.

_ A ver voltea para verte el culito.

Se giró y le toqué el trasero que estaba bien formadito.

_ Ahora mira lo que te vas a comer– comenté.

Me quité las únicas prendas que tenía y le mostré mi cuerpo.

Nicolás:

Al ver su cuerpo me asusté mucho más, si de por si su contextura robusta me imponía temor, lo que tenía en las piernas hizo que casi me desmaye de tan solo imaginar esa cosa entrando en mis entrañas.

Tomó una de mis manos e hizo que la pasara por su piel negra y la quité antes de tocar su pene.

_ Te lo digo por última vez, déjate hacer todo lo que yo quiera, te lo contrario no quieres sentir lo sádico que soy cuando no cumplen lo que hago.

Obedecí por el temor, comencé a tocarle el pene lo cual él empezaba a bufar.

_ Muy bien así me gusta– dijo.

Se acercó mucho más a mi rostro y empezó a besarme el cuello, los cachetes, los pómulos.

_ Bésame en la boca– ordenó.

Yo no lo quería hacer, pero recordé sus palabras y tímidamente posé mis labios en los suyos e imaginé como besaba a las chicas, sin embargo, el me ensañaría como besan los ...