1. CARLOTA: Sissy en Oriente Medio IV


    Fecha: 26/11/2019, Categorías: Transexuales Autor: Tatiana Lopez, Fuente: TodoRelatos

    Los días de puertas abiertas, desde la mañana comenzábamos las doce sissy´s del curso a preparar nuestros cuerpos para estar bellas y limpias, por dentro y por fuera. Enseguida comenzaban a llegar guapísimos hombres, la mayoría árabes, que venían a estar con nosotras, a usarnos a placer y a discreción. Y lo más importante, a determinar mediante su puntuación el nivel de capacidad que habíamos adquirido a lo largo del curso.
    
    Terminadas de acicalarnos, nos iban exponiendo en una especie de vitrina, donde éramos exhibidas como si fuéramos mercancía. A nuestros pies había un cartelito, en el que aparecía reflejado nuestro nombre, edad y el precio que costaba usarnos, a pagar por quienes quisieran estar con cada una de nosotras.
    
    Miradas y remiradas de aquellos ojos lascivos de los hombres que habían llegado hasta allí, para disfrutar con alguna de las sissy´s de la academia. Estos se iban decidiendo e iban escogiendo a la sissy que más le agradaba y tras pagar la cantidad convenida, se iban con ella a las dependencias adjudicadas. A mí me compró Ahmad un argelino guapísimo, con ojos claros, cuerpo escultural y modales educados, que nada mas comenzar a tratar con él me encandiló.
    
    Cogida del cuello por una correa a la que fui atada, anduve tras de él, hasta llegar a la suite que nos había correspondido, para servirle y complacerlo.
    
    Nada más llegar, Ahmad me ordeno que bailara ante él, como lo hacen las odaliscas de los harenes y enseguida, al son de la música árabe de ambiente, comencé a mover mis caderas y a balancear mis brazos al ritmo de aquella sintonía, como había aprendido a hacerlo en la clase de danza árabe de la escuela.
    
    Tras un rato, me ordenó que me despojara de la vestimenta que llevaba puesta y que me quedara solo, con el tanga, las medias al muslo y los zapatos de tacón. Solicitándome que le sirviera seguidamente un refresco de frutas trituradas, bebida que enseguida comencé a elaborar y sin tardar, serví al amo que me había alquilado.
    
    Me hizo recostar sobre su regazo, reclinado sobre un sofá árabe casi a ras de suelo. Teniéndome así, mientras bebía a pequeños sorbos la bebida que le había preparado, con sus manos sobaba todo mi cuerpo, pellizcándome insistentemente mis dos pezones, acariciando y manoseando con ansia mi diminuta picha, aprisionada en una jaula metálica de castidad, y sobre todo, me toqueteaba y hurgaba en mi culito, centrando su manoseo esencialmente en el agujero de mi coño, el cual, acariciaba y rozaba suavemente con sus dedos, haciendo que cuando notaba su roce, me estremeciera de gusto como una cerda.
    
    Teniéndome muy caliente por el manoseo al que me sometía, al verme salivar y notar las contracciones de mi chochete, me conminó a que abriera mi boca y admitiera en ella su lindo e inmenso pollón, el cual hasta este momento en que se lo sacó, no había visto, pero lo intuía.
    
    Al ver aquel descomunal falo, me abalancé sobre él como una loba, comenzando a relamerlo y mamarlo con ímpetu y avaricia. ...
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