Colección de pollas familiares - Relatos Eróticos

Colección de pollas familiares

... exhibir sus cinco pollas. Joder, una ya sabéis que no es de piedra así que allí fuimos al día siguiente una vez que ella convocó a todos sus machos para enseñarme sus rabos.

Increíble pero cierto, habemos zorras para todo en este mundo. Así que continuo con el relato.

Relato

Yo esperaba que me llevara a una casa de lujo por ser uróloga y su marido también, pero no me mete en un piso modesto con cuatro dormitorios donde viven todos sus machos y además por la cara. Ella y su marido ganan un pastón y mantienen a su abuelo, su padre y su hijo que no trabajan solo se ocupan de las tareas de casa y deben ser muy vagos porque el piso está mas bien sucio con chorretones de semen por todas partes, en la mesa, en las cortinas, en el suelo, en las paredes.

Noe: ya veo Patricia porqué huele tanto a semen aquí, sois unos guarros.

Patricia. Me encanta. Te presento a mis pollas de mi familia.

Entramos en el salón y veo a cinco tíos sentados en el tresillo, todos vestidos únicamente con unas camisetas iguales donde aparece impresa la cara de patricia llena de semen. Debajo todos con los rabos al aire. La única excepción era el doctor su marido que lleva un delantal que le tapa la polla pero se nota un badajo suelto bajo él bamboleándose.

Patricia: Este es mi marido y lleva el delantal porque es el que ha preparado la cena, se llama Andres y tiene 40 años.

Uno a uno se fueron levantado y me fueron saludando dándome dos besos en las mejillas como si tal cosa. Yo alucinaba mirándoles mas los rabos que las caras.

Patricia: vamos a hacer como hago yo todos los días, los vamos a ordeñar, luego cenamos y si luego encarta nos vamos a la cama a follar.

Noe: vale…

fue lo único que sale de mi boca

Patricia: acércate Andres y quítate el delantal para que mi amiga Noe vea la manguera que gastas.

Andres era un tío muy guapo y está muy bueno y me enseña un cipotón gordo y largo como una serpiente que le llega casi a las rodillas. Me asombré tanto que grité.

Noe: dios mío, que pedazo de anaconda gasta el urólogo, no se como le gustan las pollas de los demás teniendo esta bestialidad.

Andrés: hija, es que el que es maricón es maricón y le da igual el tamaño. Me encanta que mis pacientes me den por culo mientras soban mi cipote.

Patricia se agacha y levantando aquella masa de carne consigue meterse en la boca el enorme glande y chuparlo.

Los demás tíos vuelven a sentarse.

Patricia: anda, chica toca y chupa conmigo este prodigio de la naturaleza. Te puedes pajear pero no olvides que de follar ahora nada.

Nos ponemos las dos a masturbar aquella polla de al menos treinta centímetros con las cuatro manos. La cosa se pone dura. La noto muy seca.

Noe: espera un momento que voy a lubricarla un poco.

Me saco mis cantaros fuera del escotado vestido y agarrándome mis enormes pezones riego el cipotón con mi leche de hembra.

Así se la meneamos mas rápido. La doctora le mete al doctor cuatro dedos en el ojete y este empieza a ...