1. Desvirgando a un casado (Parte 1)


    Fecha: 04/04/2019, Categorías: Gays Autor: Hombrecaliente, Fuente: CuentoRelatos

    Con él nos conocimos por razones de trabajo, algunos días a la semana yo concurro a su oficina para hacer trámites. Fuimos entablando una cierta amistad, por lo menos de tratarnos amablemente, chistes, contarnos alguna que otra cosa, chusmeríos de nuestros lugares de trabajo, etc. Note que tenía confianza en mí y yo en él, que había simpatía entre nosotros. Muchas veces los chistes o la conversación eran sobre sexo. Hasta que llegamos a darnos número de celular y dirección de mail. Así comenzamos un contacto más cercano aunque virtual.
    
    Aprovechábamos el tiempo muerto en nuestros trabajos y, entre una cosa y otra, nos prendíamos en un chat. También pasaba que a veces nos conectamos desde nuestra casa. Me contó que era casado, sin hijos, que le cansaba un poco la rutina del matrimonio y que su mujer no era muy buena en la cama, sobre todo porque no le pintaba mucho experimentar o practicarle sexo oral. Entonces, me di cuenta por qué también buscaba alguna compañía estando en su casa, no solo desde el trabajo, ya que esto último era entendible. A los dos nos divertía la idea de estar chateando sin que los demás se dieran cuenta, sobre todo cuando hablábamos de ellos.
    
    Por estas razones, también me fui animando y le confesé mis preferencias sexuales, lo tomó muy bien, me dijo que era amplio y empezó a preguntarme sobre experiencias, me di cuenta que le interesaban y, por el tono de la conversación, lo excitaban. Una noche fuimos subiendo de tono la conversación y prendimos la cámara, él estaba solo en su habitación, acordamos bajarnos los pantalones y mostrarnos la pija, me pidió más, quería ver mi cola, al ver su erección, le propuse compartir una paja virtual y lo hicimos. Nos vimos acabar mutuamente. Al otro día desde la oficina, no paraba de mandarme mensajes, diciendo que no podía dejar de pensar en eso y que le había gustado mucho.
    
    Cuando fui a su trabajo y nos vimos personalmente, sonreímos cómplices. Días después me invito a tomar un café y, para hacerla corta, llegamos a la conclusión de que a los dos nos gustaría estar juntos, él al menos una vez: "para probar". Seguíamos en nuestros chats diarios programando ese encuentro, algunos días estaba mas dispuesto que otro, me confesaba sus temores, yo lo animaba, porque en realidad me gusta mucho. Es un hombre de cuarenta, cuidado, con buen físico, robusto pero no gordo, digo fuertes piernas y brazos, pecho marcado y espalda ancha, manos grandes y fuertes, ojos grandes marrón claro, pelo castaño y piel blanca. También su pija se veía muy bien en la webcam, normal de largo pero ancha y huevos grandes.
    
    Hasta que un día, sin pensarlo, por lo menos de mi parte, llego hasta su escritorio para dejar papeles de algunos trámites. Nos saludamos con un beso en la mejilla como desde aquel encuentro en el café, sonreímos y me dice: "Cuando salgas no te vayas, esperame en la zona de ascensores". Así lo hago y después de unos minutos, aparece por ahí, parándose frente a la puerta de uno de los ...
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