1. Me hicieron mujer


    Fecha: 23/11/2019, Categorías: Transexuales Autor: lamascota, Fuente: SexoSinTabues30

    ... avisaría.
    
    Justo ahí caí en la cuenta de que no habíamirado el móvil en toda la mañana, y al cogerlo y mirar, efectivamente, ahí estaban los mensajes de Pedro, lo que confirmaba su historia, incluso me había mandado una foto de Jose para que supiese exactamente quien era.
    
    -¿Ibas a pasar una tarde divertida no?- Me dijo Jose con un tono de voz un tanto juguetón mientras yo estaba todavía alelada mirando el móvil y muriendo de la vergüenza.
    
    Alcé la vista, sin entender a que se refería porque tenía la mente en blanco, y lo veo con mi consolador en la mano y jugando con él.
    
    -Eso no es asunto tuyo.- Le solté, indignada pero más tranquila al saber que era amigo de Pedro.
    
    -Tranquila gatita, no hace falta que saques las garras, no pienso ni reirme de ti ni hacerte nada, de hecho, a mi me pareces bastante guapa. Me encantaría besarte.
    
    A mi pesar, su comentario me había gustado, y al fijarme más atentamente en él ya me había dado cuenta de que era bastante guapo y se le veía un cuerpo musculoso y el bulto de su pantalon era de lo más seductor.
    
    -Pues ven.- contesté, intentando sonar seductora aunque por dentro era un manojo de nervios. ¡Nunca había besado a un chico antes!
    
    Se acercó a mi muy lentamente, mirandome a los ojos, me puso las manos en la cintura y se acercó muy lentamente.
    
    En cuanto noté sus labios sobre los míos pintados creí morir, dejé de pensar y salió de mi algun tipo de instinto de mujer que no sabía que estaba ahí.
    
    Rodeé su cuello con mis brazos y mi boca se abrió para recibir su lengua impaciente. Le cogí las manos y las puse en mi culo, noté como me apretaban las nalgas y eso me hizo estar incluso más cachonda de lo que ya estaba. Sentía su polla atrapada en su pantalón presionando contra mi vientre y empecé a acariciarla por encima de la tela, y me reí escuchando sus gemidos en mi oreja.
    
    Sabía lo que tenía que hacer, sabía que mi misión era complacer a mi hombre y que estaba ahí para ser su fuente de placer, así que me puse de rodillas delante de él, le desabroché lentamente el pantalón y le bajé los calzoncillos sin dejar de mirarlo a los ojos y me enfrenté a su pene.
    
    Era un buen pene, de unos 18 cm y grueso. El olor me estaba volviendo loca y el líquido que le salía de la punta me hacía salivar.
    
    Empecé a masturbarlo lentamente, disfrutándolo. Con una mano acariciaba su pene y con la otra sus huevos. Me tenían fascinaba su pene, su huevos y sus gemidos.
    
    Cuando ya no me pude resistir más me lo metí en la boca. Empecé chupando la punta con la lengua muy despacio y poco a poco lo fui chupando entero para lubricarlo. Lo recorría de arriba a abajo con la lengua, sin olvidarme de sus huevos claro, y cuando ya lo tuve bastante lubricado empecé a tragarme aquella polla, aquel regalo que me estaba haciendo mi hombre.
    
    Me la tragaba todo lo profundo que podía, notando y disfrutando su sabor salado y aquel olor a hombre que me llenaba por dentro. Sus gemidos eran una delicia, y su mano sobre mi cabeza, ...