1. Pintando a mi mamá desnuda (1)


    Fecha: 23/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Lazarus, Fuente: TodoRelatos

    Desde que el maldito de mi padre nos abandonó me he visto obligado a ser el soporte emocional de mi madre. Ha pasado días, semanas y meses triste, mientras yo hacía malabares para rendir en la universidad y al mismo tiempo estar presente y ayudarla con el peso de las tareas domésticas. No ha sido fácil, pero ha servido para acercarnos y conocernos más.
    
    Algo que me ha permitido tener ese tiempo es haber terminado con mi novia. Es irónico que este agradeciendo algo que me hizo sufrir tanto, pero la verdad es que ya estoy mejor y si hubiera estado de novio difícilmente hubiera tenido el tiempo para dedicarme con tranquilidad a ser un buen estudiante y un buen hijo.
    
    No lo había mencionado, pero estudió arte. Así es, tomé la arriesgada decisión de transformar mi pasión en mi trabajo, hasta el momento todo ha resultado bien, pero con esto del encierro se han presentado ciertos inconvenientes, justo estamos pasando por la unidad relacionada con el dibujo de desnudos, y por más que, dada las circunstancias, se este permitiendo emplear fotografías sacadas de internet, la sensación no es la misma, es distinto tratar de captar la vida en un retrato, la piel vibrante que no cabe en las fotografías. Así que me puse a pensar que podía hacer al respecto, y se me vino una idea a la cabeza, aunque la descarté de inmediato, era un pensamiento ridículo.
    
    Como dije, tras la separación de mis padres, me he tenido que acercar mucho más a ella, lo que se ha intensificado por el encierro que llevamos meses compartiendo. Hablamos por horas, y de a poco dejamos de hablar como madre e hijo y pasamos a ser dos amigos que charlan de cualquier cosa, realmente, de cualquier cosa. Lo que se nota aún más cuando, antes de dormir, compartimos unas copas de vino, como la tarde de ayer, cuando a eso de las 8 de la noche descorchamos una botella y nos sentamos en la mesa como casi todos los fines de semana:
    
    - Ey mama, vienes?
    
    - Si, en seguida, me estoy poniendo pijama, hace demasiado calor para estar con ropa.
    
    - Ok, si no llegas rápido me tendré que beber la botella yo solo jajaj
    
    Pero llegó rápido, la vi bajar la escalera con cuidado, tomada del pasamanos (era una escalera inclinada, así que la precaución era justificada). Tenía puesto un pijama corto, negro, de esos que son un poco translucidos y llegan hasta la mitad del muslo, la seda delgada caía sobre su cuerpo y dibujaba sus contornos. Para su edad estaba bien, para cualquier edad estaba bien. La parte superior del pijama se apretaba contra sus pechos, y esa seda tan suelta quedaba absolutamente tirante, sus pechos eran grandes, generosos (cuando la abrazo los siento apretados contra mi, separándome de ella).
    
    Estaba delgada, en la cuarentena hemos dedicado tiempo a ejercitarnos juntos, con esos videos de youtube en el que te van mostrando los ejercicios que debes hacer, y se notaba que el entrenamiento había servido, por que la seda bajaba por su cintura como acariciándola, y se abría para seguir el ...
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