Juventud en prisión 1 - Relatos Eróticos

Juventud en prisión 1

... compartimento vacío. El sonido de las duchas envolvía el lugar. Empecé a ducharme cuando vi en la ducha de al lado como entraban dos tíos.

Se veía claramente lo que buscaban a través de esa mampara.

Las figuras eran como un espectáculo de sombras chinescas. Se abrazaban, repasaban el cuerpo del otro con esmero, lentamente. Uno empujo al otro contra los azulejos, sus manos recorrian todo su pecho hacia abajo…se agachaba…sus manos seguían su camino hasta que se quedó de rodillas ante…menudo pollón gastaba el tio. La tenía dura como una roca y podía ver como se la metió en la boca y empezó a mamarsela con esmero.

Estaba embobado. No soy gay pero no cabía en mi asombro de con qué naturalidad esos dos tíos estaban disfrutando en un lugar como ese. Podía escuchar sus gemidos se colaban por encima de la mampara y se mezclaban con el sonido del agua. De repente vi como al que se la estaba chupando agarra de la cabeza al otro y suelta un bufido largo, su cuerpo se relaja.

El otro se levante y le vuelve a comer la boca mientras, esta vez, lo pone contra la mampara semi transparente. El cuerpo de ese hombre se marca con la mampara y aún más ese rabazo que le cuelga casi hasta la rodilla. Diría que me han visto y les da igual, puede que incluso les este gustando que mire.

Empieza un vaivén contra la mampara y escucho unos gemidos más intensos junto con el vibreteo de esa mampara.

-Buenas tardes guapa - esa voz…

Me separo de ese espectaculo y veo como el puto gordo de los cojones habia entrado en mi ducha.

-Qué narices…está ocupado por si no lo ves…

-Eso ya lo veo, una chica bien guapa…te estaba gustando el espectáculo?

-No soy marica.

-No, tú eres una preciosa chica y te encantan las buenas pollas como es natural.- el gordo se lleva la mano a la entrepierna aunque no veo nada, la tripa le tapa por completo.

-Ni soy una chica ni marica te digo. - hice el ademán de irme pero de derrepente su enorme brazo me detiene cerrandome el paso.

-Muy bien pero chuparmela me la chuparas.

-No, déjame salir.

-Muy bien…-el tío me miró desde su enorme altura, sonriendo con malicia.

Su manaza me agarra del cuello y me levanta como un muñeco, me cuesta respirar. Me pone contra los azulejos de la ducha pero no como ese hombre al otro lado, con ese cuidado y dedicación sino con pura fuerza bruta.

Me agito, mis pies no tocan el suelo, ahora tengo mi cara a la altura de la suya, la veo al final de ese brazo. Intento zafarme pero me es imposible, su fuerza, su tamaño…imposibles de sortear…y eso que no soy precisamente un media mierda…Se me empieza a nublar la vista, cada vez me cuesta más respirar y noto como voy poniéndome rojo. Me suelta y caigo al suelo, sentado mientras me llevo las manos al cuello como asegurándome de que siga en su sitio. Noto su mano en mi nuca, acercando mi cabeza a su entrepierna, o eso creo. "Da igual, no puedo hacer nada…supongo que lo merezco…" Su polla de mierda se pasea por mi cara dejándome pringoso. ...