De visita en Caracas -Venezuela II - Relatos Eróticos

De visita en Caracas -Venezuela II

... de momento siento como un fierro caliente al rojo vivo en mis entrañas. Sin ninguna contemplación, Geovan me embistió de una. No fue nada gradual, sentí que mis piernas desfallecían. Puso su robusta mano izquierda sobre mi cintura y la bajó de tal forma que quedé boca abajo hacia al almohada y mi ano totalmente levantado, como invitándole a que siguiera sin piedad. Con su mano derecha se agarraba la polla y la situaba frente a mi ano dilatado, expectante, abierto, escupido varias veces por él dándole la bienvenida.

Metía aquella herramienta una y otra vez. Luego la sacaba y me hacía rogarle que la volviera a meter. Y lo hacía así, de una. Después se tumbó en la cama y me pidió que me sentara sobre su miembro. Que me moviera como una perra, nacida para dar placer. Me moví tanto como dieron mis fuerzas y ya transpiraba y jadeaba. Me puso de lado y la volvió a clavar echando escupitajos de vez en cuando y masajeando mis pezones. Cuando ya se iba a correr, la sacó y me dio vuelta para que pudiera recibir su lefa en mi cara. Tuve que chupárselo un poco y luego sentí los trallazos salados de esa rica lefa al interior de mi boca. La limpié lo mejor que pude y luego comencé a pajearme. Él aceptó besar y mordisquear suavemente mis pezones mientras yo me corría. Sentía que se me iba el aire de tanto placer. Ese pedazo de hombre viéndome mientras me chupaba los pezones y yo dándole con fuerza a mi pene. Fue una acabada de colección.

Procedimos a ducharnos y bajar a comer algo, no sin antes hacer un pacto de que nadie se podría enterar de esto, mucho menos su hermano. Yo le hice la promesa de que no lo contaría… ¡a personas conocidas!