1. De visita en Caracas -Venezuela II


    Fecha: 21/11/2019, Categorías: Gays Autor: Johannes, Fuente: TodoRelatos

    ... ya tenía en su haber 3 chiquillos, el menor de los cuales estábamos celebrando su cumpleaños. Trabajaba de garzón en un restaurante de carnes en la zona este de Caracas.
    
    A medida que el ambiente se iba distendiendo de a poco y el alcohol hacia su efecto, coincidí con Geovan en la entrada al baño. Bastó una mirada de complicidad para saber que habría acción, y seguramente, de la buena. Como pude le roce el entrepiernas sin quitarle la vista. Él simplemente se echó a reír y me dijo que me pasaría su número para “después”.
    
    El “después” vino al día siguiente. Mi soldadito raso volvía a su cuartel y su hermanito mayor pasó a verme al hotel.
    
    Lo subí a mi habitación y ahí mismo me dice: “Ud le mamó la verga a mi hermano anoche, no?” Sonreí y asentí. Continuó él diciendo: “Ahora si va a saber lo que es bueno, como cogemos los gochos” (Gocho: es como le dicen a la gente de una región en Venezuela, según me explicó).
    
    Me tiró en la cama y me pescó de los cabellos. Se quitó la remera e hizo que le fuera besando los pezones y pasando la lengua por sus axilas. Aunque se notaba el aroma de su desodorante, aún se percibía un ligero sabor salado de sus axilas. Eso me estaba volviendo loco. Recorría con mi lengua desde sus pezones a cada una de sus axilas. Él gemía y se excitaba mucho más. Por mientras le metía la mano por el buzo que llevaba puesto y le sentía el tamaño del miembro.
    
    Al llegar a ese momento, me mira fijamente y lleva mi cabeza a su pene. Tenía una capa de vellos muy suave entre el ombligo y el pene y estos olían a un sudor embriagante y delicioso. El pene era largo y cabezón, sin circuncidar. Era una belleza ver como se podía mover fácilmente el prepucio, primero cubriendo esa enorme cabeza, para luego bajarlo y descubrirla ya humectada y rezumante de líquidos preseminales.
    
    Me pidió abrir la boca lo mas grande posible y sin misericordia alguna, me la ensartó hasta el fondo de la garganta. Se aferró a mi cabeza e impedía que soltara su pene. Salivé profusamente y respiré cuando, finalmente, me soltó. Como supe que eso lo excitaba en demasía, hice ese mismo ejercicio varias veces. Tomaba el pene desde la base (ese pollón mediría unos 22 cms aproximadamente) y me la insertaba en la boca para que rozara mis amígdalas hasta que me dieran arcadas. Esa sensación de humedad y calentura al interior de mi boca hacía que él me pidiera que lo repitiera. Me dio algunas bofetadas con el pene. Yo estaba extasiado.
    
    Como él era un poco más grande y musculoso que yo, le resultó fácil tomar mi cuerpo y lanzarlo sobre la cama. Me puso en cuatro y al ver que tenia el ano depilado totalmente, comenzó a masajearlo. Sin esperarlo, sentí su lengua en mi hoyo y me hizo gemir como una verdadera puta. Intercalaba lengüetazos con dedos y así fue dilatándome. Luego comenzó a escupir el hoyo y jugaba con su miembro rozando la raja de mi culo. Posaba, brevemente, la cabeza de su pene sobre mi ano y lo masajeaba circularmente. Yo ya andaba de gloria, cuando ...