1. Perdí la virginidad en Zipolite


    Fecha: 21/11/2019, Categorías: Gays Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos

    ... o amiga lo comentó en alguna ocasión- respondí con timidez.
    
    - Si, en serio, tu culo es muy bonito, muy blanquito y redondito, ya quisiera que mi novia tuviera un culo así, es mucho mejor que el de mi ex-esposa que tenía un culo precioso.
    
    - Gracias – respondí.
    
    No podía creer lo que había dicho, le había dado las gracias por alabar mi culo, creo que no era correcto, tal vez debí reclamarle, pero sentí que no lo decía con mala intención, que estuviera hablando de mi culo me ruborizó, me daba demasiada pena y para colmo mi verga se puso nuevamente a tope, me alegré estar boca abajo para disimular y no se notara.
    
    - Perdona, creo te incomodé con mi plática, pero es que me puse muy caliente imaginando que es el culo de mi novia, se me puso dura, creo que me voy a tener que ir a meter al agua para calmarme, mira, ja ja.
    
    - No lo podía creer su verga estaba completamente parada, tenía ante mis ojos un enorme tronco de carne dura y tiesa, de aproximadamente unos 20 o 22 cm, gruesa, sus venas se habían hinchado más y la cabeza brillaba, había tomado un tono rojizo, majestuosa, estaba viendo mi primer verga de macho en todo su esplendor a sólo centímetros de mí, solamente había visto algo así en las películas porno, mis ojos se abrieron sorprendidos, sentí que mi corazón latía más fuerte y quería salirse de mi pecho.
    
    De pronto siento otra ligera nalgada, que me trae de vuelta de mis pensamientos, sentí que dejó la mano un instante más en mi nalga, casi una caricia, apretándola ligeramente al levantarse, lo cual me causó un sobresalto y un pequeño respingo.
    
    Se metió al mar y estuvo nadando unos 25 minutos.
    
    Mi imaginación volaba, creí que había llegado demasiado lejos, por un lado, quería irme, escapar de ese atractivo pero desconocido hombre que me tenía tan confundido y por el otro quería continuar a su lado, jamás me había sentido tan excitado y al mismo tiempo tantos nervios, mi corazón palpitaba con fuerza e incluso mi respiración estaba un poco agitada, aun así mi verga seguía dura, me traicionaba, no recuerdo haber tenido la verga dura durante tanto tiempo, ya me dolía.
    
    Al regresar de nadar, mi piel blanca empezaba a tener una tonalidad rosada, no estaba seguro si por el sol o la turbación y me comentó que me estaba quemando y que necesitaba más bloqueador, sin preguntar tomó el bloqueador que estaba en mi pequeña mochila y se arrodilló entre mis piernas con una rodilla a cada lado de mis nalgas, sentí el chorro de bloqueador caer en mi espalda, en forma abundante, se inclinó para untar el bloqueador y juraría que sentí la punta de su verga acariciar mis nalgas, pasaba sus dedos muy suavemente, recorriendo cada centímetro de mi espalda, una y otra vez, procurando que mi piel absorbiera la espesa crema, recorría cada parte de mi cuerpo, mi espalda, mi nuca, mi cuello los brazos, siempre muy suave, era más bien una caricia, toda mi piel se ponía chinita al contacto, me encantaba la sensación, sentía tan rico que no pude contener ...
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