1. SOLO ERA UN JUEGO…


    Fecha: 04/04/2019, Categorías: Incesto Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos

    ... una, y Sandra dormía la duermevela del primer sueño de la noche cuando Paco se coló en la femenina estancia… Vio a su hermana dormir plácidamente, acurrucada entre mantas y sábanas pues, a diferencia de aquella primera madrugada de “juegos” sexuales, hogaño era invierno y la noche era heladoramente fría… Se acercó a ella con bastante más miedo por su increíble osadía que nerviosismo o timidez, hasta llegarse a su mismísima vera… Ella dormía vuelta hacia un lado, hacia donde, precisamente, él se había colocado…
    
    Se arrodilló frente a ella para así aspirar a tutiplén sus aromas… Su aliento, el olor de su pelo… De su cuerpo dormido… Paco quería entrañablemente a su hermana… Los casi tres años que ella le llevaba habían hecho que, en su primera infancia, Sandra fuera para él como una segunda madre y, en añadidura, nada regañona, sino el valladar donde encontraba refugio cuando sus travesuras o ese “irse sin decir adiós” en los pañales, le exponían a las maternas iras… Pero es que entonces, desde que su hermana iniciara con él los nocturnos “juegos a papás y mamás”, a ese acendrado cariño fraternal unía la mitificación que para todo adolescente de quince-dieciséis representa una mujer de veinte o más años
    
    Y es que no hemos descrito cómo era Sandra a sus diecinueve años más o menos y la verdad es que era espectacular; más bien alta, con su casi metro setenta, 1, 67 casi exacto, una delantera de impresión y una retaguardia de las que quitan el hipo, con su culito bien redondito, alto, prieto y más que respingón; piernas largas, como esculpidas por un Praxíteles o un Fidias, de muslos que harían que se le cayera la baba al más sibarita de los más sibaritas machos humanos en cuestión de faldas… Parecía, talmente, haber pasado ya de los veinte, y as con ventaja, en añadidura, si no fuera por su rostro, de facciones infantiloides, lo que le daba un aura de candorosa inocencia que “pa qué las prisas”, aunque de inocente nada tuviera la “prójima”, para entonces ya más “desorejado putón verbenero” que otra cosa… Y menos aún “inocente muchachita”…
    
    En un momento dado, Paquito no pudo aguantar más, y en alarde de loca audacia, dirigió sus labios a la frente de su hermanita
    
    a la par que su mano derecha acariciaba con tremenda ternura el pelo de la muchacha… El leve ósculo que los masculinos labios depositaron en la femenina frente hizo que Sandra se rebullera en la cama, medio abriendo un ojo, para de inmediato abrir los dos como platos, al tiempo que, como movida por resorte impulsor, se erguía en la cama más bien gritando, en añadidura
    
    Y es que ese ojo medio abierto en profunda somnolencia percibió la presencia, junto a su cama, de un bulto, una figura más o menos humana, más o menos animal, que la hizo despabilarse de golpe más aterrada que otra cosa. La inesperada reacción de la chica hizo que su hermano perdiera los pocos papeles que todavía conservara, por lo que de inmediato salió escopeteado hacia la puerta… Pero en mitad de la habitación se ...
«12...91011...»