1. SOLO ERA UN JUEGO…


    Fecha: 04/04/2019, Categorías: Incesto Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos

    CAPÍTULO 1º
    
    El despertar sexual de Sandra la verdad es que fue más que tardío, pues había pasado algún mes que otro desde su catorce cumpleaños sin que ningún “picor de entrepierna” le sobreviniera. Fue una noche o, mejor dicho, una madrugada de domingo que se despertó con ganas de hacer pis, por lo que se lanzó de la cama al suelo yendo, pasillo adelante, hacia el baño; pero hete aquí que, al acercarse a la habitación de sus padres, le llegaron una serie de ruidos la mar de peculiares: Algo así como bufidos masculinos entremezclados con gemidos, jadeos y hasta aullidos de mujer, aderezados con una serie de palabras como
    
    ¡Sigue!... ¡Sigue así, cabrón…hijoputa!... ¡Qué gusto, Dios!... ¡Qué gusto mi amor…mi hombre…mi macho!... ¡Qué bien me follas, cabronazo de maridito!
    
    Te gusta, verdad puta… Te gusta que te follen más que a un tonto un lapicero… ¿A que sí, putón desorejado?
    
    Eran su padre y su madre… Pero a Sandra, aquello, no le era tan desconocido… Al punto recordó que eso mismo ya lo había escuchado antes… Mucho, mucho antes; cuando andaba por los cuatro… Como mucho los cinco años… Fue también una noche que, de improviso, también se despertó, pero no porque, como ahora, tuviera ganas de hacer pis, sino porque lo hizo terriblemente asustada por una pesadilla que acababa de aterrarla y fue en busca del amparo de su madre; recordó que, entonces, entró de sopetón en la habitación de sus padres y se encontró con el cuadro: Los dos desnudos sobre la cama, su madre encima de su padre gimiendo, jadeando y lanzando toda esa retahíla de entre palabras y gruñidos, que la asustaron aún más de lo que ya estaba
    
    Tan “ensimismados” estaban su padre y su madre en la “tarea” que les ocupaba, que ni se apercibieron de la presencia de su hija. Sandra, que venía llorando a lágrima viva, quedó al momento quieta y muda, enteramente aterrorizada ante lo que veía… Juraría que su madre lo estaba pasando fatal, a juzgar por lo que se quejaba, pero algo le decía que no debía ser así exactamente, pues sus palabras decían a su padre que siguiera “maltratándola” a más y mejor… Así permaneció unos minutos, pocos, muy pocos, pues aquella visión la sobrecogía cosa mala, de modo que por finales echó a correr hacia su habitación y su cama, donde se ovilló, acurrucándose entre mantas y sábanas, cubriéndose hasta la cabeza, como escapando, cubriéndose así, de la legión de demonios que para entonces la acosaban…
    
    Puede que fuera el mismo, más que miedo, terror sufrido, lo que hizo que esa primera visión de dos personas, sus propios padres, manteniendo enfebrecido sexo, se borrara por completo de su mente, para no volver a recordarla hasta esa otra noche, o madrugada, en que volviera a ser testigo de lo mismo. Testigo simplemente auditivo hasta que esa misteriosa fuerza interior que en segundos se apoderó de ella hizo que, más que cautelosamente, entreabriera la puerta del paterno dormitorio, asomándose ligerísimamente al interior. La visión que entonces se ofreció a ...
«1234...13»