1. Hermano mio


    Fecha: 19/11/2019, Categorías: Incesto Autor: susyalfi, Fuente: TodoRelatos

    ... llegó.
    
    Siento sobre mi cuerpo sus caricias y me vuelco de manera que mi concha busque su boca y no tarde en sentir su legua jugando con mi clítoris, eso fue el acabose, mi corrida fue tremenda , mi mente solo pensaba que mi hermano ya era mi macho que era la mujer mas feliz del mundo, que no me había rechazado.
    
    Jugué con su bella pija hasta endurecerla de nuevo, se notaba hacía rato no cogía, por la cantidad de lechita y su rápida resurrección.
    
    No sabia si volver a chuparla o hacer que me desvirgara, tenia miedo, la veía muy grande y gorda para mi pero estaba tan caliente que hasta le hubiese dado mi cerrado ojete para que me lo rompiese.
    
    Me acaricia con suavidad, me besa en la boca juagamos con nuestras lenguas, yo estaba muy pero muy caliente, baja a chupar mis tetas y me corro de nuevo, estaba en las nubes, era toda una mujer, deseaba sentirlo dentro mio, su lengua baja mas y mas, pasa por mi ombligo y se apodera de nuevo de mi garbancito, le acaricio la cabeza y le pido por favor que me la meta.
    
    Lo hace, me arde, sigue, por favor pues ante la resistencia se habia detenido, empuja con ganas, rompeme del todo por favor y lo hace, un dolor intenso me llega hasta la garganta, pero de golpe se pasa, solo me arde la concha, mi sangre parecía fluir caliente hacia mi sexo, la corrida me dejo aturdida, ya ni sentía su pija, estaba gozando como si estuviese sola en una paja monumental, pero el peso de su cuerpo, despacio, note que me cuidaba, y yo no debia demostrar que sufría , empujo yo a propósito para hundírmela totalmente, ahora si una arrebolada caliente me trajo al realdad el peso de su cuerpo era algo maravilloso, era su hembra, su mujer, su puta, su esclava, solo sentía como me corría casi sin importarme nada de este mundo, pensé asi será la muerte?
    
    Que bello es morir cogiendo con el amor de nuestra vida.
    
    Por fin su bautismo lechoso lo siento latir en mi vagina y chocar contra la boca de mi útero, eso si que es inolvidable, todavía hoy me parece sentir algo parecido pero nunca igualado.
    
    Ni cuando me hizo a mi hija fue asi, aunque sentí que ese polvo me estaba embarazando, locuras de una mujer enamorada.
    
    Nuestros padres nunca supieron la verdad pues ambos nos recibimos yo de medica y él de ingeniero y emigramos en busca de un porvenir que en nuestro pais parecía imposible de lograr.
    
    Aquí nació nuestra niña y consolidamos una unión matrimonial que nunca legalizamos pero socialmente somos el matrimonio perfecto. 
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