1. Mi nieto me devuelve a la vida.


    Fecha: 19/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Joana, Fuente: TodoRelatos

    ... lo fue introduciendo, mi vagina no puso ninguna objeción, estaba más húmeda que nunca y se dilato como nunca lo había echo. Mi Antonio, la tenía más pequeña indudablemente, mi nieto le doblaba en tamaño, cuando la metió del todo, percibí que llegaba a donde mi difunto no había llegado nunca. Abrí mis piernas todo lo que pude, aquello estaba mal, pero ya no había marcha atrás. Quería que no se acabarà, que me metíera hasta sus testículos. Escuche jadeos, voces, gritos, pedía más..... Era yo. Julito me follaba con violencia, la sacaba del todo y la volvía a meter a gran velocidad, me corría una vez tras otra, no sé calcular pero seguro que había enlazado al menos tres orgasmos como nunca había tenido. Enlaze mis piernas a él y le abraze con ellas, una de sus manos bajo a mi ano y de uno en uno fue introduciendo dedos. Debido a la humedad que tenía no le fue difícil conseguirlo. Supe de inmediato que significaba aquello, quería el servicio completo, y como se lo iba a negar a mi nieto. Le hice desacoplarme de mi y con dificultad debido a mi edad y a la sesión que me estaba dando me puse a cuatro patas. No le vi, pero se que una sonrisa de apoderó de mi nieto. Enseguida apoyo su capullo en mi abujerito y sin miramiento lo fue clavando. Yo suponía que aquello me iba a doler, pero fue a penas una ligera molestia. Volvió a imprimir el mismo ritmo que cuando follaba mi coño, y con su mano acariciaba mi vuelva. Aquello era lo más parecido a estar en el paraíso. Veía mis tetas colgando y balanceándose, e incluso me parecían bonitas.
    
    —Abuela donde quieres mi leche?
    
    —Donde tu quieras mi niño.
    
    Y en esa postura, la saco de mi culo y me la volvió a clavar en lo más profundo de mi sexo. Casi al instante note como llegaba al clímax y me condujo a un nuevo orgasmo. No sé cuánto semen deposito en mi interior, pero sus trallazos fueron incontables.
    
    Lo sé, en ese momento me debería de encontrar mal, pero al contrario, cai sobre la cama, relajada, tranquila. Julito se tumbó a mi lado y me dijo.
    
    —Llamó mama antes, y dijo que a esta la semana que viene no vendría.
    
    No le conteste, baje besando sus pectorales, su vientre y me encontré con su pene, el cual comenze a besar y lamer, insuflandole otra vez vida y vigor.
    
    —Tranquilo mi niño la abuela te cuida hasta que vuelva tu madre. 
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