1. Mi amigo, su sobrino y yo (ii)


    Fecha: 18/11/2019, Categorías: Gays Autor: bisexualstraight, Fuente: TodoRelatos

    MI AMIGO, SU SOBRINO Y YO (II)
    
    Si queréis leer primero la primera parte, entraréis más en la trama, pero el siguiente relato podría perfectamente ser una historia independiente.
    
    El joven sobrino, con muchos detalles, recibe su primera mamada por parte del amigo de su tío.
    
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    Todos mis sentidos estaban centrados en el adolescente que me estaba besando apasionadamente.
    
    Era un momento tan especial y excitante, que le correspondía sus besos con los ojos abiertos, intentando grabar en mi retina cada uno de los fotogramas.
    
    Estábamos entregados mutuamente en nuestra primera experiencia, dejando que nuestras lenguas se entrelazaran mientras intentábamos acoplar los labios recelosos en la boca del otro, degustando así el sabor de la lujuria de algo totalmente lícito, pero hasta cierto punto imprudente.
    
    Los gemidos sordos de Nacho penetraban en mis oídos cual regalo, para reafirmar la aceptación del joven y su mayor excitación a cada instante.
    
    Mis manos rodeaban el cuerpo desnudo del chico, acariciando su tersa y húmeda piel, para dibujar en mi mente cada rincón de su cuerpo y cada uno de los músculos que constreñía contra mí, para sentir la dureza de su joven pene, que colocado entre mis piernas se dejaba estrangular por mis muslos, aun cubiertos por un molesto pantalón corto.
    
    Tras varios minutos de previa nos abrazamos en silencio, pero con tanta fuerza que se podía sentir el palpitar del otro.
    
    Tenía hundida mi faz entre los rizos de Nacho. No se percibían perfumes artificiales, solamente sentía un aroma neutro a chico joven.
    
    ¿Por qué el cuerpo limpio de un adolescente tendrá un olor tan delicioso?
    
    Sin mediar palabra me cogió de la mano y abrió camino hasta su habitación.
    
    Estábamos solos y sabíamos que mi amigo Carlos no volvería hasta la mañana siguiente, por lo que nada ni nadie nos podía coartar a hacer aquello que tanto deseábamos ambos.
    
    Nunca me había fijado en los detalles de aquella habitación y por alguna extraña razón, mi cerebro quiso hacerlo en ese momento, justo mientras Nacho me despojaba lentamente de mi ropa.
    
    Un avión sostenido del techo iluminaba las paredes azul cielo, en las que destacaban algunas nubes blanquecinas alternándose con siluetas básicas de aves voladoras. Un arcoíris en tonos pastel atravesaba la pared lateral dando vías a un tren cuyos vagones en forma de letras mayúsculas formaban su nombre:
    
    - “NACHO” – dije viendo aquello.
    
    El joven ya me había desnudado por completo y mi polla estaba tan hinchada y dura como la suya.
    
    - Nacho ¿Qué? – preguntó tumbándose sobre la cama.
    
    Dediqué unos segundos a admirar el cuerpo del adolescente, a fijarme bien en su complexión, en su forma, en todos los detalles.
    
    Nacho era un chico perfecto.
    
    Su brillante y ensortijado pelo negro, contrastaba a la perfección con sus bonitos ojos verdes, remarcados por unas pobladas pestañas.
    
    Boca grande con generosos labios, que ahora ya sabía que besaban deliciosamente y que ...
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