1. Los oscuros deseos de mi hijo (10)


    Fecha: 18/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    Capítulo 10
    
    Son dos mujeres terriblemente hermosas, pensó Dante mientras miraba a su mamá y a su tía Érica. Estaban en el supermercado. Su madre se había mostrado sorprendida cuando le dijo que quería acompañarlas, pero no había encontrado motivos para decirle que no. Esas compras eran una especie de tradición entre las hermanas. Dante no dudaba de que en esos momentos aprovechaban para contarse intimidades. Él se había quedado atrás, en una góndola de vinos. Los supermercados no vendían los mejores, pero se sorprendió viendo algunos Rutinis. Tener dinero lo había convertido en alguien con gustos costosos. No obstante, las botellas de vinos no podían atraer su atención el tiempo suficiente estando con esas dos hermosas maduras. Viéndolas desde atrás era fácil confundirlas. Además, iban vestidas de manera muy parecida. Un pantalón de jean y una remera. Dante miró de reojo, admirado, esas cuatro nalgas perfectas cuya formas, debido a los ceñidos pantalones, quedaban completamente expuestas. Sonrió cuando vio a unos repositores que habían quedado estupefactos ante la presencia de dos hembras de ese calibre. Se compadeció de ellos. Eran unos pobres diablos que debían conformarse con ver pasar a cierta distancia a mujeres tan inalcanzables como ellas.
    
    Pero para Dante las mujeres no eran inalcanzables. Ninguna lo era. Resultaba raro. Había sido así desde que tenía memoria. Mientras la mayoría de los hombres parecían estar condenados a pavonearse y a inventar todo tipo de cosas para llamar la atención del sexo opuesto, a él las chicas siempre se le habían acercado sin que hiciera el mínimo esfuerzo para que eso sucediera. Muchas veces se preguntó si sus peculiares gustos sexuales tendrían que ver con eso. Es decir, era tan fácil llevarse a una chica a la cama, que a veces le resultaba aburrido, generando en él la necesidad de buscar algo que iba más allá del placer carnal. Su deseo por las mujeres de su familia, en cambio, iba más alá de la atracción física, y además representaban un desafío, obligándolo a hacer uso de todas sus dotes seductoras. Y ciertamente que era un desafío difícil de superar, tanto, que por momentos parecía que no iba a poder concretar esos deseos, lo que lo sumía en la frustración, pero, al mismo tiempo, lo hacía sentirse un hombre común y corriente, falible, con probabilidades de fracasar, como cualquier otro, lo que lo entusiasmaba y le generaba ganas de superarse.
    
    De repente chocó con su tía.
    
    —Perdón —dijo.
    
    Pero enseguida se dio cuenta de que en realidad había sido ella quien se había detenido abruptamente. Érica llevaba el carro de compras, y estaba levemente inclinada hacia delante. Al chocar con ella, Dante había apoyado su pubis (y su enorme pija) en el trasero de su tía.
    
    —No pasa nada —dijo ella.
    
    Las mujeres volvieron a adelantarse y empezaron a cuchillear entre ellas. Eran muy parecidas, sí. Pero eso era más que nada en lo físico. Dante trató de no volver a mirar sus traseros, pero no era tarea ...
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