El orfanato y los Monjes X - Relatos Eróticos

El orfanato y los Monjes X

... mí me arroparon con una túnica roja bordada en oro y me escoltaron hasta la misma puerta de los aposentos del prior, allí me hicieron pasar y cerraron la puerta tras de mi. El Prior estaba inmobil mirándome, con su túnica negra, dos monjes salieron de las esquinas, se acercaron a él y lo desnudaron.

El Prior era mayor, su cuerpo era flácido, sus carnes colgaban, la flacidez de sus brazos, piernas y papada era absoluta, aún así desprendia un morbo especial, su pene colgaba morcillon, sin pelos, sus huevos colgantes estaban arrugados, era todo un hombre característico a su edad, el paso de los años no perdonaba, pero él no se ruborizaba, ni se tapaba, su cuerpo era su vida, y sus arrugas sus batallas. Aquellos monjes se acercaron a mi, quitaron mi túnica bautismal y quedé desnudo, ahora los dos estábamos como dios nos trajo al mundo, la juventud, la pureza y la inexperiencia, junto a la vejez, el pecado y la suma experiencia que daba la edad. Los monjes salieron de la habitación y ya solo nos quedamos el prior y yo.

Lo vi sentarse en un butacon pegado a su cama, después me miro sonriente, me hizo un gesto con su mano.....

- ven aquí hijo, quiero impregnarme de tu juventud, de tu olor, de tu cuerpo, tómame y yo te tomaré, pásame tu virilidad, tu energía y juntos seamos uno.

- si señor, lo que usted mandé, seré su siervo y seré complaciente.

- acércate, quiero sentir tus labios en mi cuerpo, quiero que tú boca me lama entero.

- lo que quiera Prior.

Me acerque a él, me arrodille delante de su butaca, y mis manos agarraron las suyas, estaba frío , arrugado, tembloroso, se levantó y me levanto, me abrazo contra el, sentí un escalofrío, sus carnes arrugadas, frías contrastaron con mi piel joven , tersa y caliente, el prior se estremeció, junto su boca a la mía, y empezó a besarme, sus labios eran blandos, su boca temblaba, yo acepte aquel cometido como una ofrenda a Dios y no dude en entregarme a él, lo bese con decisión, no me causaba gozo, pero tampoco rechazo, estaba agusto, nos comíamos la boca, el se había agarrado a mi culo, lo acariciaba mientras yo lo besaba y el a mí, empecé a tocarlo, suspiraba placentero, le faltaba el aire, lo besaba por los hombros, por el cuello, el gemía, y sus manos arrugadas me acariciaban, sus pechos flácidos le colgaban, los toque, se los sobe y mi boca lamió y mordisqueo sus pezones, gemía, note como su polla se ponía morcillona, al Prior le gustaba se estaba excitando, poco a poco fui bajando por su barriga colgante, flácida, besándola y lamiendola con delicadeza, me agarre a sus nalgas, eran frías, delgadas, su polla colgaba todavía morcillona, se la agarre con una mano, lo masturbe un poco pero seguía sin agarrar fuerza, así que la bese, retire su piel de su prepucio y lo bese, después lo relami y empezó a coger cierta erección, aunque muy discreta, me la trague por completo, empecé a chuparsela, su polla entraba y salía de mi garganta, pero aún así no se ponía dura del todo.....

- paciencia ...