1. El chat me ayudó con mi sobrina 5 (Reeditado)


    Fecha: 10/11/2019, Categorías: Incesto Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos

    ... guitarra.
    
    Al llegar a su espalda las bajé hasta abarcar su pechos, cogiéndolos pegados a la alfombra, los saqué por los lados de su cuerpo cogidos por los pezones. Mi polla estaba justo detrás apuntando a su culo, reuní bastante saliva y la dejé caer por entre las nalgas separadas que poco a poco se escurrió hacia mi glande pegado a su ano.Cuando Sofía notó que la humedad le llegaba a su arrugado agujero presionó hacia atrás y fue moviendo la cintura mientras yo aguantaba el empujón.
    
    Tenía serias dudas de que, sin dilatarlo primero, pudiera entrar pero no contaba la experiencia que Sofía tenía en recibir consoladores y juguetes anales, por lo que tenía cierto dominio en su esfínter y pronto entró mi glande, enseguida, suspirando, dio un empujón hacia atrás metiéndose mi polla hasta casi los tres cuartos, el resto de polla se hundió al dar yo el último empellón hasta notar mis huevos como se pegaban a sus labios vaginales.Volviéndose hacia mí y con voz entrecortada me dijo…
    
    Mis movimientos siguieron haciéndole saber que era la mujer deseada que ella añoraba y se sentía feliz. Después de varios minutos clavándole mi polla hasta el fondo, la saqué, bajándola un poco, la apunté entre sus labios, un poco deformados por las pesas, y separándolos entró resbalando hasta adentro, que por la postura le llegó al cuello del útero. Me dijo…
    
    Yo le obedecí y sólo cuando pude sacar la polla de entre sus labios, salió una gran cantidad de semen blanco y espeso junto a sus jugos viscosos.Caímos de lado y estuvimos descansando hasta que limpiándome con una toalla me levanté y buscando mi regalo le dije…
    
    Se lo puso, mientras yo me guardaba el mando en el bolsillo.Después de ducharnos y adecentarnos un poco tomamos unos tragos en una mesita auxiliar, uno frente al otro, contándonos cosas de sus hijas. Al parecer Cris había cambiado bastante en su forma de pensar, aunque seguía siendo rebelde en su actitud. Yo la tranquilicé diciéndole que con su edad era normal, pero en el fondo era una chica con la cabeza muy sentada.
    
    Al rato entraron, Cris como una tromba y detrás Bea mucho más serena, venían de comprar cosas y pronto se llenó la estancia de cajas, paquetes llenos de ropa, zapatos, bolsos y demás. Sofía y yo nos reíamos de ver la felicidad de las chicas, parecían crías. Después de cenar tuvimos una grata sobremesa y decidimos que podíamos jugar a algo.
    
    Cada uno contaba sus anécdotas. Las más divertidas eran lógicamente las de Cris que contaba verdaderas aventuras. Bea contaba las bromas que se hacían en la Universidad y Sofía las trapisondas que hacían sus hijas de pequeñas. Yo contaba las cosas que me habían pasado en mis años jóvenes.
    
    Los chupitos y copas que nos íbamos tomando hicieron que los temas subieran de tono poco a poco y Bea propuso a Cris que contara como lo llevaba con los chicos…
    
    Cris se reía al recordarlas pero no se atrevía, sobre todo delante de su madre.Nosotros la animábamos, mientras su madre le quitaba importancia, ...
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