1. LOS ENCANTOS DE PAPI – PARTE 2


    Fecha: 09/11/2019, Categorías: Incesto Autor: thenderson, Fuente: SexoSinTabues30

    ... como acostumbraba. Era sábado. Su marido e hijos no se levantarían temprano ni les extrañaría que mamá no estuviera en casa, ya que era su costumbre visitar a papi temprano todos los días, excepto los domingos cuando él iba a su casa. Se había puesto su atuendo deportivo azul, que la hacía sentirse más apetecible.
    
    Soy la amante de papi,pensaba una y otra vez, sintiendo sus escurrimientos vaginales y tocándose por encima de la ropa mientras manejaba, hasta que no pudo más, bajando sus pants hasta la mitad de sus muslos y se comenzó a meter el dedo y continuar manejando nublada por el deseo. “¡Oooohhhh!”, gimió, al venirse a unas cuadras de la casa paterna.
    
    Tomás sabía que su hija llegaría en cualquier momento. Ambos eran madrugadores. Tomás se llenó de emoción y deseo al ver la mini-van de su hija estacionarse frente a su casa, por la ventana de su estudio. La vio bajarse y escuchó la puerta abrirse y el habitual “buenos días, papi”.
    
    Cuando Anne entró al estudio, Tomás se encontraba en su escritorio, dándole la espalda. “Hola guapo, novio… lo que seas”, escuchó don Tomás la voz de su bella hija con sensual entonación. El siguió en silencio y de espaldas, como ignorándola o esperando para darle una sorpresa. Anne sabía que seguía un momento muy, muy especial, sin mucho preámbulo ni bienvenida, aunque también temía que papi la hubiera pensado bien y reprobara lo que ocurrió días atrás, sintiéndose algo temerosa y desconcertada por su silencio.
    
    Cuando Anne comenzó a caminar hacia él, don Tomás giró su silla y la saludó con su enorme pene de fuera, erecto al máximo y en la mano, dejándola ver como se erguía aquel obscuro tronco de su velludo estómago.
    
    Anne se detuvo y retrocedió, talvez sorprendida o quizá solo para observar la belleza de la masculinidad de su propio padre, pero si él estaba en plan de ataque, ella respondería en consecuencia.
    
    Iba preparada: no llevaba ropa interior y se había rasurado sus intimidades.
    
    De un rápido movimiento, Anne se desprendió de la sudadera, quedando desnuda de la cintura para arriba. Don Tomás quedó perplejo al observar los bellos y blancos senos de su hija mayor de nuevo, completamente al natural esta vez. Se puso de pie. Su tremenda erección atrajo la mirada de Anne, quien sin perder de vista lo que le esperaba, se quitó los tenis y el pantalón, quedando al final completamente desnuda, por primera vez, frente a don Tomás, haciéndolo saborear aquel bello cuerpo sin importarle que fuera su propia hija mayor. Se deshizo de la bermuda, quedando solo con la camisola abierta.
    
    “Supe por ahí que quieres culearte a tu novia”, dijo Anne al caminar hacia él.
    
    “¿Te gusta lo que ves, papacito? ¿Te gusto así, casi cuarentona y algo gordis?”, preguntó Anne con sensual voz, mostrando su muy escaso y claro vello púbico, girando para que papi la conociera por completo al natural, aún sin decir ni media palabra. Era la perfecta mezcla de madurez y juventud, tan apetecible para hombres de su ...
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