1. DRACO


    Fecha: 01/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Danilo, Fuente: SexoSinTabues30

    ... propia Luna de Miel y había que disfrutarla. Después de almuerzo lo hicimos una última vez, después tuve que limpiar todo, asearme y ventilar. Esa nuestra improvisada luna de miel me dejó en claro que yo lo deseaba tanto o más que él tenerlo dentro mío, esos dos días su semen pasó a formar parte integrante de mis fluidos corporales normales y no quería interrumpir eso con la llegada de mis padres así que tenia que encontrar la forma de insonorizar mi cuarto para poder hacerlo con él todas las noches. Luego de pensar y repensar, con ayuda de cartones, tela, clavos y esponjas que encontré en casa, en 4 días logré hacerle una “contra capa” para mi puerta y para mis ventanas, la de las ventanas era desmontable y se podía guardar fácilmente debajo de mi cama. Para disimular lo fui llenando de dibujos, fotografías y otros diseños. Hice algunas pruebas con la radio a todo volumen y la reducción de ruido era asombrosa. Para la ventana, dispuse un tapete, así evitar las marcas de las patas de DRACO al entrar o salir, también me hice unas rodilleras acolchadas, fácil de colocar y quitar. Llegaba del colegio, hacíamos el amor, comíamos y luego trabajaba en la insonorización, hasta que lo conseguimos. La primera noche fue interesante el cambio, esperamos a que mis padres se acuesten y llamé a mi amado, ya sin las luces, un silbato para perros que conseguí me ayudó, tan pronto apareció lo hice entrar luego cerré la ventana, con la tenue luz que quedaba me desvestí completamente, me puse las rodilleras y fui poniendo los paneles, al terminar de ponerlos el cuarto quedó en la oscuridad ABSOLUTA, no se veía nada de nada. Tuve que caminar a gatas hasta encontrar mi cama con mi DRACO detrás de mi lamiéndome desesperadamente, me acomodé recostando mi pecho al borde, esperando a mi amor con la cola en alto. Note que él tampoco veía nada pero por el olfato me tenía más que localizada, sus lamidas siguieron unos minutos más cuando sentí que se trepó sobre mí, se aferró de mí cintura y comenzó a puntearme buscándome, yo me arqueaba para alcanzar la posición ideal y así de pronto nos encontramos, ni bien la punta de su pene encontró la calidez de mi vagina él empujó frenéticamente para incrustar el resto de su pene. Su invasión era prodigiosa, sus patas cual fuertes garras se aferraron a mí cintura con más ímpetu, sentía sus resoplidos en mi espalda, yo también tomaba bocanadas de aire mientras su ritmo frenético me llevaba deliciosamente al orgasmo, sintiendo como su pene me abría cada vez más, sintiendo como su bola al principio entraba y salía de mi, forzando mis labios vaginales, estimulándome, invadiéndome hasta que no aguanté más y mi orgasmo llegó contrayendo mi vagina fuertemente, tan fuerte que su nudo no pudo volver a salir de mí, de hecho mis contracciones orgásmicas lo fueron metiendo más adentro, acomodándose plácidamente en mi interior, un ahogado gemido se me escapó… pasaron solo algunos segundos, tal vez un minuto no lo sé, pero es tan intenso, tan lleno ...