1. DRACO


    Fecha: 01/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Danilo, Fuente: SexoSinTabues30

    En casa siempre hubo perros, de niña jugaba con ellos. Cuando yo iniciaba mi adolescencia el perro de casa era uno fornido de mediana – gran altura, color gris manchado con negro, su nombre era DRACO, sabría tener un año y medio, tal ves dos en ese entonces. Recuerdo que lo criamos desde cachorro, era mi fiel compañero, mi confidente, mi todo pues yo no tenía hermanos. Desde que era cachorro, cada que yo llegaba del colegio jugaba con él, sin embargo cuando él llegó a ser un perro grande comenzó a jugar diferente conmigo, un día comenzó a montarse por atrás mío, tomándome de las caderas se meneaba hasta que yo me lo lograba quitar de encima. Para mí seguía siendo parte del juego, hasta que varias semanas después, en una de esas montadas, su pene se coló por debajo de mi vestido y comenzó a puntearme mi vulva por sobre mi ropa interior, eso me dio un choque de sensaciones que me hicieron quedarme quieta un instante, sentía como cosquillas por el roce de su puntiagudo pene sobre mi vulva… luego reaccioné y me lo quité de encima. Me dejó toda húmeda por los jugos de su pene. Pasados unos días mientras jugábamos en el jardín atrás de casa, volví a permitirle que me monte y me dejé hacer sobre la ropa, esa vez no sentía muy bien su pene y mi ropa quedó toda manchada, así que al siguiente día volví a utilizar vestido y de hecho lo tuve que levantar un poco para sentir sus piquetes por sobre mi ropa interior… recuerdo que se subía, me tomaba de las caderas y bombeaba un rato luego se bajaba y se volvía a subir un rato más, luego perdía interés, yo sentía esas como cosquillas que me gustaban cuando su pene me rozaba entre las nalgas y a veces chocaba con mi vagina por sobre mi ropa interior, yo ya era una adolescente y a mi cuerpo empezó a gustarle esas sensaciones Así estuvimos unos días, luego subió un poco el nivel… DRACO comenzó a lamerme la vulva así sobre mi ropa interior entre una montada y la siguiente, eso me dio más sensaciones agradables aunque no llegaba al orgasmo. Un día mi mamá me fue a buscar y me encontró siendo montada, me levantó del cabello y prácticamente me arrastró hasta adentro de la casa. Pese a que yo le mentí diciéndole que “me había caído mientras jugábamos y que el perro aprovechó de montarse en ese preciso instante cuando ella nos encontró”, no me escapé de media hora de recomendaciones y de una solemne promesa de evitar volver a jugar así. Durante más de 6 meses de aquel incidente, mi madre no me perdía de vista, DRACO y yo tuvimos que dejar de jugar tan seguido y esperar a hacerlo únicamente cuando estábamos solos, eso ocasionó que para poder aprovechar mejor el escaso tiempo yo dejaba que me monte un momento y luego me paraba, movía mi ropa interior y dejaba expuesta mi joven vulva para que él la pueda lamer directamente, así incrementar el placer, al poco de unas cuantas sesiones de deliciosas lamidas llegué a tener mi primer orgasmo, fue maravilloso llegar a sentir como su rugosa y larga lengua recorría una y otra vez ...
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