1. Groupies


    Fecha: 31/10/2019, Categorías: Incesto Autor: SweetCuntMommy, Fuente: TodoRelatos

    ... de bestias que recorrían el tallo en espiral, camino del glande. Un anillo le atravesaba el prepucio. No era mi primer miembro anillado, pero sí el primero que me entraría por el culo, y me preocupaba que pudiera hacerme daño. Mamá comenzó a trabajar con él, era todo un espectáculo verla mamar. Empecé a salivar de pura empatía.
    
    —Oh, yeah… yeah, I love your dirty mouth… my little whore…
    
    Y es verdad que éramos pequeñas, sobre todo comparadas con aquel gigante del hielo al que nuestro reducido tamaño parecía calentar tanto como nuestro parentesco. A mí me basta ver un tío grande para ponerme a ovular, y al parecer a los hombres les pasa lo mismo con las chicas pequeñitas. Me uní a mamá, besándola cada vez que parábamos de lamerle el rabo y las pelotas a mi padre. Él estaba en éxtasis y aprovechamos para hacerle uno de nuestros mejores números: una cubana a cuatro pechos.
    
    Los tíos se entusiasman tanto cuando nos besamos, apretando las tetas con los antebrazos, que empiezan a embestir sin control, con la lubricación extra de la saliva que rebosa de nuestras bocas y, cómo no, cachondos a más no poder con la belleza del espectáculo. Cierto bajista me hizo una vez un morado en la barbilla del pollazo.
    
    Paramos antes de que mi padre eyaculara. Dispuesto a hacerlo durar, se puso un poco de coca en el glande y me lo ofreció. Me metí el tiro y mamá le restregó lo sobrante para que pudiera aguantar más. Después me ayudó a quitarme los shorts de cuero, dejándome las Doc Martens y el tanga de encaje. Mi padre me recostó boca abajo, poniéndome la almohada bajo las caderas y apartó la tira del tanga para comerme.
    
    —Uf… joder… mamá… es buenísimo…
    
    —Relájate, cielo. Si te tensas cuando te la meta, te va a hacer daño…
    
    —Vale… oh… OH… ¡OH, ES LA HOSTIA!
    
    —Córrete, amor… así será más fácil… déjate llevar, Sonia…
    
    — ¡OH, DIOS! ¡OH, DIOS, MAMÁ, ES… ES…! ¡MAMÁ ME CORRO! ¡AHGÑÑÑÑ!
    
    —Así, así, mi vida… disfruta… es el mejor… el mejor que he tenido…
    
    —Thanks, Ana —Stick sonrió con la barbilla empapada—. Thank you, honey.
    
    Mi padre me agarró del pelo y me echó la cabeza hacia atrás mientras me arrancaba el tanga. Grité por el tirón y me metió la prenda de encaje hasta la garganta. Ahogándome y con ganas de soltarle una hostia, vi cómo sacaba de un neceser (no me había fijado que estaba sobre la mesilla junto a una cámara polaroid) un frasco de lubricante y un dildo de látex azul muy largo. Tenía lo que parecían restos de flujo vaginal seco. Adivinando mis pensamientos, mi padre, el cabronazo de mi padre, dijo:
    
    —A bar tender —jadeó, excitado y sonriente— una camerera.
    
    El muy cerdo ni lo había limpiado después de metérselo a otra. De repente me azotó en el culo. Muy fuerte. Grité amordazada y me azotó de nuevo con más fuerza. No paró hasta que dejé de quejarme y empecé a sollozar. Mamá me metió los dedos en el culo, empapados de lubricante. Mucho. Luego cambió los dedos por el dildo.
    
    —¡Mffff! —me dolía mucho, pero mi madre no tuvo piedad—. ...
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