1. Groupies


    Fecha: 31/10/2019, Categorías: Incesto Autor: SweetCuntMommy, Fuente: TodoRelatos

    Fui concebida en la misma cama de hotel en que diecinueve años después, mi padre me rompería en culo con un rabo glorioso. Veinticuatro centímetros de carne dura y tatuada, con dibujos de demonios japoneses que, me gusta pensar, devoraron la poca inocencia que mi madre había dejado, a modo de ofrenda, para él.
    
    Stick era (murió hace poco por culpa de los excesos) el cantante y guitarrista de Nimph Breaker, la banda sueca que mi madre y yo adorábamos hasta la obsesión. Ella desde los catorce y yo desde mucho antes, cuando me amamantaba en conciertos de metal y me dormía acunada por sus gemidos en el sofá de algún backstage. Era lo que hoy llamaríamos una suicide girl y sólo me sacaba quince años. Stick la preñó en una suite del Palace tras contemplar cómo el resto de los Nimph Breaker le comían el coño por turnos. Ana (es su verdadero nombre, aunque se hace llamar Mariposa) les agradeció esas atenciones poniéndose de rodillas sobre la moqueta y recibiendo (si no exagera) casi medio litro de lefa en su carita adolescente. Si hablo de ella en estos términos, es porque a mí también me pone. Me pone la tinta descolorida que le cubre casi toda esa piel de nácar, me pone la mirada de vicio con que chupa pollas y me pone ese cuerpazo con el que hoy todavía corta la respiración. Mamá, Ana, Mariposa… me pone. Mucho.
    
    El apodo le viene por un curro, en la industria del porno, que ejerció durante cerca de tres años. No era actriz, sino una de esas chicas que ponen a tono a los actores antes de las escenas importantes. Mamá era tan buena, que a la mayoría les costaba no correrse en su boca. Tan buena que Stick la reconoció nada más verla y la llamó por su nombre. Nos dieron dos pases Vip y les vi besarse mientras ignoraba los intentos de llevarme al baño del resto de la banda. Disfrutamos a tope del concierto y tras ponernos ciegas a chupitos en un bar cercano nos fuimos directas al hotel. Stick no tenía ninguna intención de compartirme, así que nos recibió en albornoz y con el pelo mojado.
    
    Mamá le había dicho quién era yo, lo que, lejos de provocarle ningún instinto protector, le hacía relamerse de ganas. Imagino que no era el primer ídolo del rock que se follaba a una madre y su hija en la misma noche, pero quizá sí sería el primero en hacerse un trío con una de sus grupies favoritas (la había reconocido, joder) y la hija de ambos.
    
    Cerró la puerta y nos invitó a unas rayas, que nos vinieron de perlas para bajarnos el alcohol de los chupitos. Me sorprendió ver varios libros en la mesilla de noche, y pude comprobar que era bastante culto (al menos en lo referente al sexo) cuando mencionó una historia de Casanova en la que una madre entregaba al legendario amante a la hija de ambos para que la desvirgara. Yo, que le había hecho mi primera mamada a un batería amigo de mi madre y que compartía con frecuencia la cama con ella y sus novios, estaba lejos de ser virgen, pero cuando ambos bromearon sobre mi culo supuse que Mariposa se lo había reservado al ...
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