1. Juguete para 3: Terrible Error (Introducción).


    Fecha: 30/10/2019, Categorías: Dominación / BDSM Gays Incesto Autor: andreshandsome, Fuente: SexoSinTabues30

    Tenía meses deseando concluir este relato, pero cada que lo intentaba volvía a revivir todo esto que estoy a punto de contarles, y terminaba masturbándome y sacando mi calentura, y de nuevo venía a mí el sentimiento de culpa, pero esa culpa pronto se convirtió en placer, y ganas de desear hacerlo de nuevo, lo que me lleva a esta serie de relatos. Inicio por presentarme, mi nombre es Julio, tengo 25 años, mido 1.72m y peso 66 kg. (complexión delgada), piel blanca, muy poco vello y 15 cms de verga (blanca, curveada hacia la izquierda, venuda y de gran cabeza rosada). Evitaré dar detalles de mi vida personal, ya que lo único que es relevante para el relato es el que desde que comencé mi vida sexual (a los 16 años con un hombre que conocí por internet) no me he detenido, probando tantos penes que dejé de contar desde hace años. La verdad nunca he sido bueno para coquetear, ya que siempre he sido muy discreto para eso. En mi familia el solo mencionar la palabra ‘gay’ es un tabú y siempre desata un debate interminable que siempre quise evitar, además de los ya tradicionales comentarios homofóbicos de mis padres, quienes intentan a toda costa ser esa familia «tradicional», que tiene casa, coche y cuerpo perfecto (desde muy joven intentaron involucrarme en deportes y gimnasio pero creo que mi complexión delgada siempre ayudó a que de una manera u otra pudiera escapar con un simple «No puedo más / me cansé»). Es por ello que al no poder coquetear con hombres de una manera convencional, siempre me he refugiado, primero en chats por internet, y en los últimos años en las aplicaciones de encuentros para saciar esas ganas de verga y leche que me vienen de dos a tres veces por semana. La app que más utilizo es la famosísima app de la máscara (y que sin querer se volvió la pieza clave para que sucediera lo que estoy a punto de contarles). En esta app llegué a conocer a algunos hombres que se volvieron mis fuckbuddies de confianza, con los que me podía mensajear cada que mi calentura superara mis ganas de iniciar una conversación con un completo desconocido, teniendo ya un par de vergas seguras y listas para empalarme cuando quisiera. Les comento esto porque mi fuckbuddy #1, a quien llamaremos Leonardo (moreno, fornido, brazos y piernas fuertes y muy bien dotado (18 cms.)), tenía semanas sino es que meses metiendo en mí la idea de compartirme con algún otro activo (por si no lo habían descifrado siempre he sido más de recibir que de dar jaja), ya que según él le ponía durísimo el imaginarme siendo penetrado mientras me comía su verga, o verme turnarme para mamar dos rabos a la vez. No puedo negar que esa idea a mí también me ponía la verga dura y el culo caliente.
    
    Fue hace aproximadamente tres meses que al fin me animé y le dije a Leonardo que estaba dispuesto a hacerlo, pero no solo con dos, sino con tres hombres a la vez, pero con una sola condición, la cual constaba en que para mantener mi anonimato usaría una de estas máscaras de látex negro que ...
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