1. Hermanos (Parte III)


    Fecha: 30/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... aprendido con ella era todo lo contrario, les dejaba creer que ellos dominaban, pero hacían todo lo que ella les pedía, solamente una vez la observé indefensa en manos de mi hermano y era cuando no tenía fuerzas para seguir, cuando su cuerpo se paralizaba por el orgasmo, en esos momentos ella sabía que estaba indefensa ante ellos y que podían hacer con ella lo que quisieran.
    
    Tenía mucho que aprender de ella, pero de momento iba mejorando porque tenía a Juan follándome como yo quería, sin juegos, pero follándome, cambiando de postura como Lara me decía, enseñándole como meterla para que yo gozara más y esa noche quería que mi hermano me follara con mis piernas en sus hombros, con la almohada en mis riñones, el de rodillas agarrándome de la cintura moviendo mi cuerpo y metiéndomela una y otra vez, parándole cuando se aceleraba y acelerándole cuando se paraba, mis gemidos y mis gritos de seguro que los estaba oyendo Lara y aunque Juan me tapaba la boca a mí no me importaba, estaba disfrutando como una gatita como decía mi hermana, como una perra bien follada.
    
    Juan seguía metiendo su pene en mi vagina que estaba tremendamente mojada, sintiendo cada centímetro de su pene cuando entraba en mi interior, mi vagina se estrechaba cuando hacia fuerza, Lara me había enseñado que nosotras podemos mover nuestros músculos apretándoles el pene para que el roce fuera mayor y las sensaciones de placer más intensas cuando nos penetraban y sobre todo también para ellos.
    
    “Más, más”, le estaba gritando a Juan cuando veía que estaba a punto de correrme, cuando notaba como mi tripa ardía y Juan al sentir mis espasmos me la sacó rápidamente para que expulsara mi flujo como un chorro, luego me la volvía a meter y cuando volvía a temblar me la volvía a sacar, era algo maravilloso, nunca antes había sentido tanto placer, Juan me la sacaba cuando sentía como mi vagina se inundaba y me la metía cuando ya no expulsaba nada, en ese momento era presa facial para Juan así que me bajó las piernas y me dio la vuelta, me abrió un poco las piernas y me la metió sin piedad hasta el fondo.
    
    Seguía gimiendo, seguía gritando de placer, ahora los dos lo hacíamos, Juan se movía en círculos metiéndomela cada vez más, no me podía creer que fuera a tener otro orgasmo, apretaba con fuerza mis manos a las suyas, mordía la sabana cuando Juan empezaba a metérmela muy al fondo y quedándose quieto mientras estallaba, su pene expulsaba su leche dentro de mí una vez más, empezaba a sentir como mi vagina se volvía a inundar y no podía parar de gritar.
    
    Por la mañana Lara nos desdentaba en mi habitación, abrazados el uno al otro después de una noche movida, se sentaba en medio de nosotros y como si no hubiera pasado nada empezaba a organizarnos para las tareas de hoy, era increíble un poco locuela pero increíble.
    
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    Terminamos la casa, dejándola realmente bonita, un verdadero hogar por fin para mis dos hermanos, Juan y Eva por fin tenían un sitio al que llamar hogar, un hogar ...