1. El maleante V. Final


    Fecha: 29/10/2019, Categorías: Gays Autor: random, Fuente: TodoRelatos

    ... me dispuse a salir de casa, cuando justo al salir del portal una voz hizo que se me helara el cuerpo.
    
    Chustis: que pasa patapalo, cuanto tiempo ¿no?
    
    Pablo: que… haces…. tu … aqui?
    
    Chustis: parece que el maricón se ha olvidado de que me debe algo, ayyy será que el coche te pegó bien en la cabeza
    
    Pablo: eres un hijo de puta, chantajista, usurero.
    
    Chustis: vuelve a decir eso y te clavo esta navaja hasta hacerte un colador
    
    Chustis: ahora vamos a entrar a tu portal y vas a hacer lo que yo te diga, ¿entendido?
    
    Yo no reaccioné, me quedé completamente petrificado en esa situación, solo pude reaccionar cuando el olor a tabaco que desprendía Chustis lo noté al lado, a escasos centímetros de mi.
    
    Chustis: que entres ya maricón.
    
    Anduve como pude a la puerta y me dispuse a abrir con la llave cuando un ángel apareció en mi ayuda, un ángel, llamado Juan:
    
    Juan: para ya hijo de puta.
    
    Chustis: vaya, dos por uno en maricones, me la podéis comer a la vez que os gusta mucho.
    
    Juan: o te piras ahora mismo o llamo a la poli.
    
    Chustis: sabes que si haces eso mañana estás en una caja de pino.
    
    Yo no iba a arriesgarme a que ninguno saliera herido, entonces con todas mis fuerzas cogí la muleta y la golpeé en la cabeza de Chustis que cayó redondo al suelo inconsciente y comenzando a manchar el suelo de sangre.
    
    Pablo: llama a la policía o a alguien por favor
    
    Juan: tranquilo vale, no va a pasar nada, ahora lo hacemos.
    
    Juan llamó a emergencias y tras unos minutos aparecieron varios coches de policía, ambulancias y demás espectáculos.
    
    Por suerte, todo quedó en nada para nosotros. Que llevara una navaja encima, la declaración de Juan y mía junto a la orden de alejamiento que tenía sobre mi no dio lugar a la interpretación y Chustis acabó unos meses en un centro de menores y posteriormente en la cárcel, por fin Pablo y Juan podrían olvidarse de esa persona.
    
    Para conseguir distraerse y sanar el momento sufrido, mis padres decidieron hacer un viaje en verano al que me instaron y casi obligaron a invitar a Juan en agradecimiento por cómo había estado de manera incansable ayudándome durante la recuperación. Tras consultarlo con sus padres, encontramos la semana perfecta para ello y, además, sin interferir en su pretemporada.
    
    Lo más ilusionante del viaje al final era que íbamos a tener una habitación sola para nosotros, Juan en la intimidad me soltaba alguna burrada al respecto de todo lo que iba a pasar cuando estuviéramos solos, la verdad que todo lo que me hiciera me parecería perfecto.
    
    Cuando llegamos a la habitación después de unas horas de avión vimos que había una cama doble cuando supuestamente se pidieron dos dobles. Nosotros obviamente dijimos que no nos importaba que era enorme para los dos y mi padre quería cambiarla, pero mi madre se impuso y al final conseguimos dejarla como estaba. Acordamos con mis padres la hora para ir a cenar en el hall del hotel y nos dispusimos a descansar un par de horas.
    
    Juan: ...
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