1. Mudanza en el camión de papá


    Fecha: 27/10/2019, Categorías: Incesto Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos

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    Iniciando fase dos:
    
    (Habiendo leído los apuntes de viajes, observe un viaje a la ciudad de Córdoba, distante dos mil cuatrocientos kilómetros de nuestra localidad. Tomando nota mental, un viaje de dos días de ida y dos de vuelta, con uno de estadía, la cuenta me da cinco días para concretar.
    
    Iniciando fase tres:
    
    - Papito, si algún día tenés algún viaje afuera y vas sin ayudantes quisiera ir, tengo ganas de viajar. (con carita tierna y ojos de borrego que va al matadero)
    
    - Si mija, con todo gusto, (revisa los papeles) mira, que coincidencia, se ve que tenés sentido de la oportunidad, anda preparando un bolso con ropa, dentro de unos días salgo para córdoba y el cliente pidió sin ayudantes porque son cuatro de familia. ¿Te interesa ese viaje?
    
    - Si papa, lo más interesante es compartir “todo” con vos.
    
    - Bueno señorita, prepare sus cosas con tiempo, salimos temprano.
    
    Fase tres, completada con éxito.
    
    Llegado el día, mi papa fue a cargar el camión, pasó a buscarme por casa y emprendimos el viaje, sin prisa pero sin pausa.
    
    Mi vestimenta para el acompañamiento no era la que había pensado para ir calentándolo en el recorrido, fui con unos jeans y remera, debajo de ella, como era habitual en mí, una tanga y corpiño haciendo juego. La artillería pesada la llevaba en la valija que había preparado, reservándola para su oportunidad de ser lucida.
    
    El camión es uno moderno sin ser cero kilómetro, al que mi papa lo cuida como si fuera de oro, tiene doble cabina con una cama cucheta bastante amplia, los asientos parecen sillones domiciliarios de lo cómodos, estéreo último modelo, hasta bluethoot tiene, luces interiores de colores, (infaltables en camiones para viajes largos).
    
    Durante el camino hablamos de bueyes perdidos, aunque tire algunas “notas picantes” le pregunte si había tenido aventuras con mujeres en la ruta a lo largo de su carrera como transportista, a lo que me retruco diciendo que estaríamos igualados con mis aventuras de la escuela secundaria.
    
    Habiendo pasado ya varias localidades, la noche avisaba que llegaba, mi corazón latía cada vez más fuerte a medida que la oscuridad abrazaba el cielo.
    
    Llegamos a un parador que solo los que andan en la ruta conocen.
    
    - Hija, paramos a cenar y luego continuamos hasta la próxima localidad y hacemos noche ahí.
    
    - Si papito, el que conoce sos vos, yo me entrego por entera.
    
    - Ha bueno, como estamos hoy. (riendo)
    
    - Sí señor, así somos los artistas.
    
    Ambos riendo nos encaminamos a cenar, pedimos una parrillada para uno, soy de poco comer y mi papa tiene que cenar para alimentarse nomas, porque, según me dijo, luego le da sueño tiene que seguir manejando.
    
    Llamo al muchacho que hacía de mozo y le dijo.
    
    - Para mi princesa por favor su postre preferido, flan con dulce de leche y crema y para mí un café.
    
    - Papi, te acordas aun el postre que me gusta.
    
    - Más vale preciosa, tu madre no me perdonaba un olvido y sos tan igual a ella, que me asuste, ...
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