Una Mamá Ninfómana_9 - Relatos Eróticos

Una Mamá Ninfómana_9

Capítulo 9

«Con su hijo, con el director y su esposa»

Lily Carpinteiro resultó ser diferente, ella era la misma mujer que habían visto en el restaurante esa noche, pero ahora parecía completamente diferente, ahora no se veía desaliñada en absoluto. Llevaba mucho maquillaje y una peluca rubia y un vestido de fiesta que tenía la espalda descubierta y una abertura hasta la mitad de su muslo. Si mirabas la rendija, podías ver dónde la parte superior de su media terminaba y comenzaba la carne cremosa de su muslo.

Ella les dio la bienvenida con una llamativa sonrisa.

—Me alegro de que hayas podido venir. Dios mío, es tan adorable. ¿Dónde encontraste uno tan lindo?

Eduardo se sonrojó cuando ella le dio unas palmaditas en la mejilla.

Brenda sospechaba que iban a pasar un mal rato con los Carpinteiro. Lily parecía el tipo de mujer que podía hacer todo lo posible para divertirse y terminar la noche volviéndose completamente loca.

Pero Brenda estaría satisfecha, quería que los Carpinteiro se volvieran locos. Ella tendría que pasar un buen rato viendo a Eduardo en acción y luego tendría a Arturo Carpinteiro alrededor de su dedo meñique.

Se sentaron en la sala charlando y fingiendo ser personas desinteresadas. Arturo puso algunas canciones en el estéreo y en poco tiempo Lily sonrió a Eduardo y lo invitó a bailar.

Tan pronto como estuvieron bailando, Arturo se movió para sentarse al lado de Brenda en el sofá.

—¿Qué piensas de mi esposa? —él dijo.

—Ella es muy agradable.

Está loca por el muchacho.

—Puedo ver eso.

—Me preguntaba si él es de aquí, quiero decir si vive aquí en la ciudad. ¿Es un chico que vive cerca?

—No, vive en Puebla. Su madre trabaja aquí en la ciudad y él maneja con ella de vez en cuando.

—Eso es genial.

«Seguro que es genial», pensó Brenda.

Carpinteiro estaba preocupado de que Eduardo pudiera ser un chico de la ciudad y un estudiante en su escuela de preparatoria. Brenda estaba asombrada de que Carpinteiro fuera tan tonto, ser el director y no conocer a los alumnos.

Tenía su verga trabajando en lugar de su cerebro y era un milagro que pudiera funcionar como director de escuela particular con tan grande prestigio.

Lily sabía bailar. Ella estaba moviendo los hombros y sacudiendo sus tetas como una adolescente. Tenía grandes bubis, y cada vez que ella sacudía su cuerpo, sus tetas amenazaban con salirse de su vestido.

Entonces empezó una canción de ritmo romántico y lento, Eduardo y Lily se acercaron. Brenda disfruta viendo a Eduardo sosteniendo a otra mujer en sus brazos, ella no puede entenderlo. Pensó que debería estar celosa, pero no lo estaba, verlo con Lily realmente la excitó.

Arturo deslizó un brazo alrededor de los hombros de Brenda y dejó caer su mano sobre su exuberante teta. Brenda se acurrucó contra él, y él pellizcó su pezón a través de su vestido.

—La pasé muy bien esta tarde —dijo Arturo.

—Si fue bueno.

—¿Me vas a dejar hacer lo que no me dejaste hacer esta ...