1. Un grato encuentro durante un viaje (Parte 3)


    Fecha: 26/10/2019, Categorías: Gays Autor: LadyLeggins, Fuente: CuentoRelatos

    ... tengas piedad, métemela duro papi!
    
    -¡Lo que tú digas cariño! –me contestó.
    
    Enseguida sentí como el vaivén de sus caderas se hacía más intenso, disfrutaba todas y cada una de sus embestidas, ahí con mis manos apoyadas en la ventana hacía todo lo posible para mantenerme enchufada mientras meneaba mis caderas, estaba excitada a más no poder, movía mis caderas como toda una hembra en celo, sentía un inmenso placer sentir a mi macho dentro de mi dándome con todo, me encantaba su vigor masculino, sus embestidas simplemente eran deliciosas, en las regaderas de la alberca y en hotel me había sentido reprimida, pero esta ocasión no dude en gemir y gritar sin ningún pudor, quería que se diera cuenta de que me volvía loca y que me gustaba como me cogía. Ambos alcanzamos un nivel de excitación extremo, entonces le empecé a exigir más:
    
    -¡Así papito, así! -le decía- ¡Dame duro, dame más duro papi!
    
    En medio de su excitación y con voz agitada alcanzó a decir.
    
    -¿Quieres más duro? ¡Lo que tú digas cariño!
    
    -¡Si papi, quiero más duro!
    
    Ya no dijo nada más y se concentró en darme con todas sus fuerzas, pero no me sentía del todo satisfecha, quería más, así que le dije:
    
    -¡Dame mis nalgadas, papi!
    
    El respondió inmediatamente con unas buenas nalgadas con su mano derecha, su mano izquierda me sujetaba con fuerza de la cadera y yo estaba en la gloria enloquecida de tanto placer, no tardó en cambiar de lado para ahora darme mis nalgadas del lado izquierdo, regresó a tomarme por las caderas y poco a poco fue bajando el ritmo de sus embestidas mientras yo paraba y apretaba mi culito al mismo tiempo que meneaba las caderas para acariciarle la verga, se lo hacía suave, aproveché para disfrutar su verga con plenitud, mientras él tomaba un segundo aire, me di cuenta cuando su respiración dejó de ser agitada y sus caderas empezaron a tomar ritmo pero no tardó mucho en decirme:
    
    -Ven, vamos a la cama, cariño
    
    -Si, papi. Lo que tú digas. –le contesté.
    
    Se salió por un momento y me recostó boca abajo en la cama, me hizo cerrar las piernas y se colocó en posición de penetrarme de nuevo, tan pronto sentí cerca su pene paré mi culito para recibir su pene una vez más. No quise decir nada, solo esperaba sentir y disfrutar su penetración que al final me la dejó ir suavecito, muy lento. Mi respuesta fue un largo gemido de placer, el se me acercó por la espalda y con sus manos me giró la cabeza para besarme, yo estaba muy excitada por ese hombre que sabía exactamente como ponerme loca, ni como resistirse a él, simplemente era maravilloso, dejó de besar mis labios para continuar con mi cuello y mi espalda sin parar de embestir mis nalguitas, en ocasiones solo se concentraba en abrazarme pero eso sí, sin dejar de mover sus caderas, fue muy romántica esa parte en la que me cogía y me cogía mientras yo gemía y gemía. Hizo una pausa, dejó de abrazarme para enderezar el cuerpo, sentí como avanzó sus rodillas hacia el frente y como sus nalgas rozaban la parte ...