1. Probando un nuevo placer


    Fecha: 25/10/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Mar1803, Fuente: SexoSinTabues30

    ... me da unas lamidas por todo el cuerpo para limpiarme y se da unos atracones con el atole que me sale de la panocha, ¡le fascina chuparme cogida!
    
    Mientras que llegaba el lunes, yo disfruté a mi marido lamiéndole el aparato completamente, y cada vez que se le paraba le hacía una ordeña, si era masturbándolo, me la regaba en la cara, las chiches y el ombligo, pero si era en la panocha, le jalaba el pene mientras reposaba para extraerle las gotas que se quedaron en el tronco y me untaba en varias partes del cuerpo ese rico producto lácteo para que mi amante goloso lo descubriera y lo saboreara con la lengua.
    
    En la mañana del lunes, me metí el pene de mi esposo en la boca, le di jalones a los huevos y le acaricié la base dándole jalones para hacerlo venir mientras lo mamaba. Me tomé mi bibi y me puse a hacerle el desayuno a mi marido mientras él se bañaba. Al empezar a desayunar me preguntó a qué hora pensaba bañarme porque olía a puro semen. Le contesté que me gustaba oler a señora “enviejada” por mi marido y que yo lo disfrutaba mucho, y pensé que otro también lo gozaba limpiándome con la lengua y, después de las cogidas de rigor, me enculaba mientras me bañaba en la ducha, terminando así nuestra sesión semanal de amor. Aunque ese día sería muy especial, porque me llevaría la máquina de afeitar y vería si lograba rasurar también a mi amante.
    
    En cuanto mi marido salió, me vestí para hacer lo mismo y llegar a donde me esperaba mi otro amor, quien me recibió feliz y me encueró de inmediato, poniéndose a chuparme.
    
    –Oye, ¿te puedo rasurar la zona del pene y las bolas? –pregunté y él me miró extrañado de la petición.
    
    –¿Por qué quieres hacerlo? –preguntó suspendiendo sus caricias.
    
    –Lo he querido hacer porque quiero lamerte yo también. Una vez que me rasuré me dijiste que sentías más lisito y me chupaste riquísimo, me sentí feliz. Por eso quiero hacerlo – le expresé.
    
    – Nunca me he rasurado, además, dicen que da mucha comezón mientras crecen los vellos, no creo que me guste –se defendió.
    
    –A mí no me dio tanta comezón mientras me crecía, pero me dijo mi marido que a él le causaba molestia cogerme mientras me crecía, ¿a ti te pasó lo mismo? –pregunté expectante.
    
    –Sí, pero no te lo dije porque ya me había pasado antes y a quien se lo dije se molestó pues dijo que se había rasurado por primera vez y para mí. El verdadero tormento es cuando se suben y se mueven arriba, ¡parece que te pasan una lija!, pero es bastante soportable porque es grato ver la felicidad que sienten.
    
    –¿A cuántas te has cogido así, depravado? – pregunté enojada, pero sólo obtuve una carcajada como respuesta.
    
    –Fue hace mucho tiempo, ya ni la chichona de mi exesposa se rasura por esa razón –dijo alegremente, lo cual aproveché para sacar la máquina de mi bolsa.
    
    –Bueno, ahora pagarás tú por eso –dije y lo tumbé en la cama para empezar mi trabajo.
    
    –¡Ja, ja, ja, sí que estás loca mamita!
    
    Cuando terminé, lo primero que hice fue lamer el escroto. Le pedí que ...