Amante de la carne 2 - Relatos Eróticos

Amante de la carne 2

ES INTERESANTE LEER EL CAPITULO ANTERIOR, PARA VER UN POCO LA TEMATICA. SE AGRADECEN COMENTARIOS, ASI COMO CORREOS PARA INTERCAMBIAR ANECDOTAS, O LO QUE OS APETEZCA.

Yo estaba en una nube. Por un lado, la liberación de que mis amigos supieran, que, en cuestión de gustos, yo era más de chuletón, que de chuletillas. De hecho, lejos de burlas o mofas por haberme enrollado con la gorda del bar, tenían curiosidad por que habíamos echo en aquel parque.

En la nube estaba, porque por fin, había podido tocar a una mujer con curvas. Con mas curvas que en el Jarama; con carne y sensualidad a raudales.

Aquel fin de semana acabo, pero Montse y yo intercambiamos los móviles de turno.

Hablábamos a diario, y descubrí que era un chica dulce, y melosa. A la par que picara y bastante caliente. Según ella me indicaba por su sobrepeso, aun no siendo virgen, a sus 23 años pocos habían decidido cruzar sus barreras. En este caso yo había sido el elegido y los dos estábamos felices.

2 semanas después, en pleno Julio, cuadramos su agenda de guardias en el Hospital, y encontramos un sábado y un domingo que tenia libre. No lo pensé, y ese mismo día reservé una habitación de hotel en Avila.

Fueron 2 semanas de nervios, y ansiedad. Estábamos como locos por pasar el fin de semana, y habíamos ido calentando el horno. Nos íbamos mandando fotos por sms, (aun no proliferaban sistemas de intercambio de mensajes más avanzados). Me impresiono sobremanera un primer plano coñil, que me mando. Yo lo había acariciado entre sus muslos, bragas y pantalón. Varias pajas cayeron con aquella foto. Ella me pidió perdón, porque no se había recortado las barbas al coño y lo llevaba peludo.

“Siento mandarte la foto, con el toto tan desarreglado, pero tampoco había quien lo tocara. Así que ahí lo tienes, al natural.” Esto rezaba el mensaje con el que venia la foto adjunta.

Aunque la luz, y la resolución no eran optimas, se distinguía ese garbanzo que tenía por clítoris, que con tanta lujuria amase. Seguido por unos labios exteriores grandes, y con pelo a los lados. Se notaba que se había acariciado, porque tenía el coño húmedo y mojado. Vamos preparado para la guerra. Era un aparato grande se podría decir. En la foto se apreciaba la tripa colgandera, y se intuía que con una mano la estaba levantando ella misma, para hacer un primer plano mejor.

Por fin llego el día. Fue un viaje corto, pero intenso. Quedamos en la plaza de Santa Teresa, ya que era de lo poco que conocía de la ciudad. Aparqué, cogí la mochila, y a la cita.

Llegue un poco antes, y espere a que llegara. Había salido de la guardia, y se pasaba por casa a dar una ducha antes de vernos. La tensa espera fue recompensada, cuando por fin la vi aparecer al final de la calle.

Venia vestida de negro total. Llevaba unos pantalones de gasa, que acentuaban sus caderas. En la parte de arriba llevaba una camiseta de lentejuelas, y desde lejos, se le veía un cuerpo raro. Daba la impresión de ir sin sujetador, y que ...