Evolución - Relatos Eróticos

Evolución

... músculos de mi entrada se estaban tensando y destensando, anunciando que me corría en segundos. Por eso mismo, el león introdujo lengua y un dedo para tocar justo en la próstata y hacerme explotar con su nombre en la boca.

Me corrí con tanta fuerza y tan abundante que me manche mi propia cara de lefa. Respiré profundamente intentando mantener la cordura intacta, pues aquello fue de lo más placentero. El león acercó su boca a la mía y nos fundimos en un más que caliente beso degustando mi semilla en aquel beso. Lucius lamió la mayor parte del semen de mi cara para así saborearlo y soltar un gruñido de placer.

— Sabes tan rica como siempre corderita…

— Me alegro de que te guste león, porque ahora la que tiene hambre soy yo… Así que, porque no te portas como un gatito bueno y me das de comer polla — le dije de la manera más excitante que pude, estaba deseosa de comer ese pedazo de tozo de carne.

Lucius sonrió de manera lasciva al tiempo que se colocaba al lado de la mesa y se bajaba los pantalones. Me encantaba ver como se marcaba la polla con el bóxer bien ajustado, me excitaba de tal manera.

Empecé a lamer su erección sobre el boxer, a masajearlo con la tela puesta, a degustar el presemen que mojaba el calzoncillo. No pude contenerme más y le bajé el calzoncillo para liberar su hermosa erección. Una polla venosa de veinte centímetros, gorda y con un capullo bien rosado y mojado.

No lo dude ni un segundo y me dispuse a realizar círculos en su glande, a meter la lengua en la uretra al tiempo que lo masturbaba y acariciaba su pelotas. Lamia aquel tozo de carne como si fuera un helado de arriba a abajo, dejando suaves besos en la punta. Su sabor salado de presemen me encantaba, adoraba hacer que se muriera por el placer anticipado antes de engullir por completo su erección.

Al principio fui con calma engullendo poco a poco cada centímetro de polla, pero al coger confianza me la metí hasta el final dejando que Lucius notara el calor de mi garganta. Incluso le permití que me follara un poco la boca para que disfrutara de la sensación.

Proseguí con mi ardua tarea de mamar aquella polla mientras Lucios me cogía en volandas y colocaba mi culo en su boca donde empezó a devorar mi entrada de nuevo.

Le encantaba comer culo y yo adoraba mamar su polla, por ello notando el sabor de mi interior, el león se corrió en mi garganta, varios chorros de lefa caliente impactaban contra mi garganta, espesa caliente y de lo más sabrosa.

Me tragué toda su corrida disfrutando de su sabor, no me saqué su polla de la boca hasta que noté que los chorros iban disminuyendo, pero sabía que Lucius era insaciable, por ello el león dejó mi entrada para mamar mi polla de nuevo y recibir otra más que agradable cantidad de semen en su boca.

Cundo ambos acabamos satisfechos, Lucius me dejó de nuevo en la mesa mientras él se sentaba en una de las sillas para descansar.

Ambos estábamos cansados y agotados por aquella más que agradable y placentera ...