El viaje de Iván - Relatos Eróticos

El viaje de Iván

... siguió unos segundos más hasta que se la saco y se alejó de la burra para dejarme paso a mí. El indio no tenía mal pene. No hizo falta subirse a ninguna silla, el animal era bastante bajo y llegaba de sobra a metersela. Acaricie su culo, escupi sobre mi polla, y procedi a la penetración. La vagina me recibió bastante bien, muy mojada y placentera. Como siempre empezé con suavidad, para luego dar buenas embestidas. El joven se la cascaba viéndome y pronunciando frases en hindi que no entendía, aún asi me ponía cachondo oírle. Mi polla empezaba a palpitar pero aguantaba las ganas de correrme aún, quería disfrutar el máximo tiempo posible. Entonces el hindú se puso detrás de mí y me empezó a tocar el culo.

- Ehh ¿what are you doing? - le pregunté gimiendo

Pero él no contestó, se agachó y me empezó a lamer el trasero. Vaya placer me daba todo, mi polla dentro de una vagina animal y un chico jugando con mi ano. Simplemente me deje hacer, el cabron lo hacía muy bien, sabía cómo calentar a un hombre. Seguramente sería el primer chico blanco al que le hacía aquello, y claro, como el me dejó follar con su burra, sentí que le debía algo. La guarra de la burra estaba tan excitada que se meo del placer que le di, de nuevo duchado por orina animal, vaya día!

Ya no podía más, en cualquier momento llenaría a la burra de mi semen caliente. Resistí unos cuantos minutos más y acabe dentro de ella. La guarra de la burra expulsaba mi leche por la vagina, y el joven indio no dudo en lamer aquello para no desperciar nada. Cuando tuvo suficiente se volvió hacia a mi indicándome que se la chupase. Aquel se iba a convertir en mi modo de pagar por los servicios que me ofreció. No me quedó otra que arrodillarme y hacerle pasar el mejor rato de su vida al joven. Realmente lo estaba disfrutando, tenía buena polla el jodido. Me acariciaba el pelo mientras movía la cabeza hacia adelante y hacia atras, dejando el tronco lleno de babas. El pene empezeba a palpitar así que el hindú me agarro la cabeza con las dos manos haciendo que su pene casi tocará mi campanilla, y entonces un torrente de semen inundó mi boca. Fueron bastantes chorros los que descargo dentro de mi. Su semen era muy blanco cosa que me sorprendió, pensaba que sería más oscuro ya sabéis. Me caía por la comisura de los labios, y con la lengua evitaba que se desperdiciara. El joven aún tenía una expresión fácial orgasmica, me hizo dudar, aún pensé que tendría más, pero no fue así. Me levanté y el chico me hizo un namaste agradecíendome por aquella mamada. Yo simplemente le imite, y acaricié a la burra una última vez antes de salir de la tienda. Lo más seguro esque no volvería a ver a ese chico en mi vida, pero nunca se sabe, la vida está llena de sorpresas.

Despues de aquel parón en mi camino, retomé la marcha hacia la parada de bus. Esperé 40 minutos hasta que vino. El trayecto se me hizo más corto, y menos mal porque estaba reventado del día. Llegue a Jaipur, cene por ahí y me quedé el resto de la ...