1. me cojio mi vecino feo


    Fecha: 07/10/2019, Categorías: Transexuales Autor: cecilia_travesti, Fuente: SexoSinTabues30

    ... ahí donde debería tenerla, je, je, je, sólo asentí con la cabeza.
    
    Entonces, él me abrazó oliéndome mi cabello suavemente, que estaba recién lavado y agachándose un poco, buscó mi boca y me dio un beso suave, al momento sentí placer explotarlo y me dispuse a gozar, percibiendo su aroma a limpio, a jabón mezclado con su aliento. Después, me besó más apasionadamente, embriagándome con su aroma a alcohol y subí mis brazos a su cuello, correspondiéndole, ya era de sentir nuestras lenguas acariciarse mientras sus manos bajaban a mis nalgas y me las acariciaban. Poco a poco, sentí como iba subiéndome la minifalda rosita hasta mi cintura, colocando sus grandes manos en ellas y apretármelas deliciosamente buscando suavemente mi raja que dividía mis nalgas, donde me jalaba el hilo de mi tanga y me lo estiraba, luego soltándolo provocándome algunos ligeros y suaves golpes en mi raya central.
    
    También me pasaba sus uñas acariciándome mi entrada trasera y con la otra mano, me acariciaba mi pene duro atrapado en la tanga hasta que se me separó un momento y afirmó “mi amor, ¡qué rica estás!, me encantas”, entonces le pregunté “¿de verdad te gusto?”, me respondió “claro, mami, eres hermosa” y volvió a besarme. Posteriormente, bajé mis manos y las dirigí a su verga, pudiendo sentir un trozo de muy buen tamaño y duro, pujando por salir de su escondite y como en estos casos, lo que más me gusta es mamar verga, le desabroché su cinturón, luego su pantalón y él lo entendió, retirándose un poco y me empujó hacia abajo, sin forzarme, ya que no lo necesitaba. Llegué a su verga aún atrapada en su calzoncillo, que tenía un claro aroma a suavizante y un leve olor a orín, aunque nada exagerado.
    
    Al instante, se lo mordí y se lo chupé aún sobre la tela de su calzoncillo, sintiendo la humedad expedida de su verga y que ya mojaba la tela, ahí me di cuenta que estaba muy bien armado, pues al fin liberé esa verga negra y velluda, de unos 20 cm de largo y gruesa. Sin más y habiendo pasado anteriormente la prueba de haberme comido una similar, abrí mi boca, introduciéndomela y mamándosela, tomándome de sus grandes nalgas velludas para jalarlo y me la metía y me la sacaba de mi boca, bueno, no toda porque no me cabía más de la mitad. Al mismo tiempo, Armando me agarraba mi cabeza y dirigía la velocidad de la penetración hasta que me dijo “ya, mami porque me harás terminar, amor”.
    
    Entonces, me hizo levantarme y colocándome en cuatro, me abrió mis nalgas y me comenzó a dar una mamada deliciosa mientras me acariciaba mi verga mojada con una mano y con la otra, mis piernas enfundadas en unas medias de red negras. Pronto, sentí uno de sus enormes dedos abriéndose paso en mi culo, arrancándome un gemido de placer, luego sentí dos dedos entrando a una velocidad medianamente rápida hasta que de golpe, me los sacó y sentí cómo se acomodó atrás de mí, embarrándome los jugos que le escurrían de su verga a lo largo de mi raja, deteniéndose en momentos en la entrada de mi culo, ...