1. Mi marido llega cansado y le recibo con una mamada


    Fecha: 03/10/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Lode, Fuente: CuentoRelatos

    ... puede faltar su comida de polla al llegar del trabajo. Mientras preparamos la cena, debo ir con un vestidito ligero y sin ropa interior. Espero ya el momento en que me mira con cara de deseo, muy serio, con los ojos algo entrecerrados, me coge y me sienta en la encimera, me abre las piernas y me come el coño tras embadurnarme con alguna hierba aromática, o un poco de mayonesa, o lo que haya por la cocina, hasta que un orgasmo me deja agotada. Normalmente me lleva en brazos hasta el sofá, me penetra a cuatro patas hasta que se corre y acaba él siempre de preparar la cena.
    
    La cena suele ser tranquila, comentamos cómo ha ido el día, hacemos planes para el fin de semana, mientras el telediario está de fondo en la tv. Tras recoger y lavarnos los dientes, nos acostamos y leemos algo en la cama.
    
    Él siempre tiene papeles que leer y yo siempre tengo una revista con la que entretenerme o veo alguna serie en la tablet pero él no puede estar tan cerca de mi, sabiendo que estoy casi desnuda a su lado y siempre acaba encima de mi, diciéndome guarradas al oído, como que una buena puta le pondría el culito en la cara para que se lo comiera y se lo penetrara. Que las buenas esposas hacen esas cosas. Que si yo quiero ser una buena mujercita complaciente con su pobre marido necesitado de sexo... Al final siempre acaba tumbándose boca arriba, sabiendo que voy a obedecerle en sus deseos, que me voy a incorporar solícita y a tumbarme sobre él en la posición del 69, y a colocarle mi culo en la cara para que me lo coma con ansia, mientras le como la polla y los huevos pensando en la enorme verga que me va a introducir en el culo.
    
    Cuando ya está muy excitado, y para aguantar sin correrse un rato más, me mueve a su antojo, se sienta en la cama y me coloca sobre sus rodillas, boca abajo. Me separa las piernas y tras meterme los dedos en el coño, repasarme el clítoris y meterme 3 dedos en el culo, me va azotando con palmadas secas y fuertes mientras me va narrando, con la voz ronca de deseo, los motivos de ese castigo: por no haberle comido la polla con suficiente deseo. Porque esta mañana al despertarle, me he olvidado de comerle los huevos. Porque hace un momento no se la había comido tan profundamente como otras veces.
    
    Entonces abre el cajón de la mesita y saca el aceite corporal, el lubricante anal y varios dilatadores anales de diferentes tamaños. Yo estoy boca abajo oyendo su preparación y sabiendo lo que estoy a punto de recibir. Él va colocando todo el material cuidadosamente, con mi culo tan presente, tan cerca de él.
    
    Me unta todo el culo de aceite y me lo masajea, aprovechando cualquier movimiento para meterme sus dedos en algún orificio. Luego me unta el agujero del culo con mucho lubricante anal, me mete 2 dedos para untarlo también por dentro, retorciéndolos, y también embadurna el dilatador mediano, que me introduce cuidadosamente, forzando suavemente para que entre todo. Vuelve a azotarme y va apretando ahora ya fuertemente el dilatador sobre ...