1. Échale aceite a mi polla para que entre mejor en tu culo


    Fecha: 03/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... recorrido. Gemía cómo una adolescente en su primera vez. La tuve unas diez veces a punto de correrte, o sea, cuando veía que se iba a correr paraba de lamer y besaba el interior de sus muslos, pero la última vez que la quise hacer sufrir dejó de abrir el coño, cogió mi cabeza con las dos manos, lo frotó contra mi lengua y se vino cómo una perrita, diciendo:
    
    -¡Me corro!
    
    Yo ya estaba otra vez con la polla dura cómo una roca, le dije:
    
    -¿Vamos para el asiento de atrás?
    
    -No, ahora vamos para casa. Ya tendrás tiempo mañana a la noche de follarme hasta que te aburras.
    
    Eran las once y cuarto de la noche del día siguiente cuando llamé a la puerta de su casa. Me abrió descalza y vestida solo con una bata azul. Al cerrar la puerta la empotré de cara a la pared. Con las manos en alto apoyadas en un perchero, me dijo:
    
    -Vienes con ganas, Quique.
    
    -No te puedes imaginar cuantas, Maca.
    
    Le levanté la bata y vi que no llevaba puestas las bragas. Saqué la polla y la froté en su coño con idea de excitarla, pero el glande ya se metió dentro. Estaba muy mojada, era como si acabara de hacer una paja o de follar. Mi polla entró cómo una bala hasta el fondo de su coño. La agarré por los hombros y la follé como si mi polla fuese una metralleta. Ni dos minutos tardó en correrse por las patas abajo. Corriéndose se agarró al perchero, perchero que fue a tomar por culo, ya que lo arrancó de cuajo. ¡Cómo se sacudía y cómo gemía la gamberra!
    
    Cuando acabó de gozar quedó sin fuerzas. Le di la vuelta, le quité la bata y vi sus preciosas tetas. Le di un pico, le besé el cuello y sin más ya fui a por sus tetas, unas tetas esponjosas de las que gocé magreando, besando y lamiendo y chupando los pezones y las areolas y comiéndolas por todos los lados. Después de darme un atracón de tetas la cogí por la cintura y besé y lamí su ombligo, para acto seguido lamer el jugo que bajaba por el interior de sus muslos. Lamí primero su muslo izquierdo desde la rodilla hasta la unión con el coño, hice lo mismo con el derecho, después lamí su coño y mi lengua se pringó con una especie de pasta agridulce que me tragué. Mi lengua jugó con sus labios vaginales y con la entrada de tu vagina, después con el clítoris y luego con los tres al ir de abajo a arriba. Pasado un tiempo me anunció el orgasmo.
    
    -Me voy a correr otra vez.
    
    Le chupé el clítoris y ya explotó.
    
    -¡Me corro!
    
    Sus uñas arañaron la pared y de su coño salieron jugos que bajaron por mi barbilla y luego cayeron sobre mi camisa.
    
    Al dejar de gemir le volví a dar la vuelta. Mis manos separaron sus glúteos y mi lengua lamió y folló su ojete. Se abrió más de piernas y echó el culo hacia atrás para que pudiese lamer también su coño, y eso fue lo que hice, lamer coño y ojete hasta que comenzó de nuevo a gemir, en ese momento le dije:
    
    -Folla tu ojete con mi lengua.
    
    Le metí dos dedos dentro del coño. Le puse la punta de la lengua en el ojete y lo folló. Con cada culeada que metía la punta de mi lengua dentro ...
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