1. Un amigo me consoló luego de pelear con mi novio


    Fecha: 30/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: mel_guerrero, Fuente: CuentoRelatos

    ... total culpa y comencé a decirme “No puedo creer que le haya hecho esto (refiriéndome a mi novio), todo por una tonta discusión”. Mi amigo trató de relajar las cosas diciendo que sólo era un beso y no tenía nada de malo, a lo que yo respondí “¿Beso? Si nos hicimos toda una limpieza bucal con nuestras lenguas”. Él me tomó de los brazos y me dijo que lo sentía, que me tranquilizara y finalmente me prometió que no le diría a nadie. Yo me comencé a culpabilizar por todo, pero él me decía que no era mi culpa, que simplemente me dejé llevar por todas las emociones que sentía. También me comentó que todo quedaría entre nosotros y que a veces estaba bien sacar el estrés de una u otra forma.
    
    Yo comencé a calmarme, pensar mejor las cosas mientras bajaba la mirada y amigo me tomó otra vez del cachete y para que lo volteara a ver mientras me acariciaba suavemente la mejilla con su dedo pulgar. Me dijo que sólo era un desestrés por todo lo que había pasado, que no había sido nada malo, a lo que agregó que mi novio era bastante afortunado por tener a alguien tan hermosa como yo. Le agradecí por lo que me dijo, volví a bajar la mirada y le dije que simplemente quería desestresarme por todo, no sólo por mi novio, sino por las tareas, exámenes y proyectos, por lo que mi amigo me dijo que lo entendía y no me juzgaba. Lo volví a ver a la cara, no había dejado de acariciarme la mejilla y mi amigo me dijo “Que envidia le tengo a tu novio de poder tener a una mujer tan hermosa como tú”, me sonrojé un poquito y mi amigo me dio un beso en los labios. Fue algo corto, de nomás de 2 segundos y al terminar me dijo “Si te quieres ir está bien, pero que sepas que aquí estaré para cuando ocupes desestresarte”.
    
    Eran tantas las emociones que recorrían mi cuerpo en este momento: excitación, enojo, culpabilidad, adrenalina, felicidad y a esto se complementaban todos los pendientes que me tenían estresada. Sabía que estaba mal lo que diría, pero mi amigo había despertado algo en mí que por un momento se apagó pero volvió a encenderse con esta última conversación, por lo que sólo le dije “No le digas a nadie”, él sonrío y sin pensarlo dos beses comenzamos a besuquearnos de lengua otra vez.
    
    Ahora estábamos de pie, a pocos metros de la puerta de su casa, mi amigo me tenía tomada de la espalda a la altura de la cintura pero no por encima de la blusa, sino que aprovechó y me levantó la blusa un poquito para que sus manos estuvieran tocando la fría piel de mi espalda; sentía como la blusa dejaba ver mi ombligo durante el beso. Yo por mi parte, tenía una de mis manos en su cuello y la otra en su nuca para poder maniobrar mejor mi lengua. Por segunda vez, me había olvidado de mis problemas mientras la lengua de mi amigo recorría mis dientes, como si tratara de cepillármelos hasta dejarlos completamente blancos. Después de unos segundos, mi amigo me pidió que fuéramos a su cuarto para estar más cómodos, yo accedí y antes de ir dejé mi mochila en el sofá, antes de seguir mi amigo me ...
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