Sala de Carga (parte y 3) - Relatos Eróticos

Sala de Carga (parte y 3)

Shaun estaba viendo las estrellas, acabando de ser penetrado por aquellos treinta y un centímetros de cilindro gordo cual botellín de cerveza de aquel gigante negro al que apodaban ‘tiger’ porque era como un tigre salvaje en la cama, cuando tras ser penetrado por aquella gran morcilla, el negro paró y Francis, frente al chico, que seguía a lo perrito con el pene del negro en su ano, le dijo.

–Shaun, has llegado hasta aquí. Ya tienes todo nuestro semen. Podrás tener tu quinta ración del mismo si terminas de ser follado por ‘tiger’… pero es tu opción.

Tiger se salió del chaval que notó entrar el aire frío en su abierto agujero del culete, que no podía ser cerrado ahora de lo dilatado que estaba tras esas tres folladas salvajes y haberle por completo penetrado la monstruosa polla del negro africano.

Click –se oyó el gozne de la puerta. El cerrojo que la había bloqueado ahora la permitía abrirse y Shaun, si así lo quería, podría salir de aquella habitación.

–Has de demostrar que lo quieres y lo deseas. –le dijo Francis… No vas a ser penetrado en contra de tu voluntad. la puerta está abierta y es tu decisión irte o quedarte. Eres libre de irte.

Shaun se lo pensó. Llevaba toda la noche: había sido follado tres veces mientras Francis había llenado su boca con su pene durante todo el rato y se había corrido en el fondo de su garganta. Incluso Tiger lo había penetrado. Había recibido aquel monstruoso pene en su interior.

Shaun se incorporó y se dio media vuelta y pudo ver toda la estancia y a los cinco hombres. Francis seguía frente a él, a su lado Kyo y Thomas, al lado de Thomas Mohamed y al lado ahora pudo ver a Tiger. ¡¡Qué polla!! Pensó ¿Y todo eso me ha metido?

–Bien ¿cual es tu decisión? Nosotros estamos dispuestos a darte lo que te tenemos que dar… ¿estás tu preparado para recibirlo?

Shaun se lo pensó. Observó al negro salvaje de casi dos metros y como un armario, corpulento y su enorme pene. Tiger ahora brillaba porque había estado sudando mientras lo penetraba.

Tiger se tumbó boca arriba, de espaldas al suelo, dejando su enorme polla que parecía un mástil, apuntando al techo. Podía inyectarse viagra en ella, pero no la necesitaba, la polla permanecía enhiesta y dura como el hierro esperando descargar el contenido de los enormes huevacos del negro en un culito caliente.

–Ahí lo tienes: ese es tu quinto pene, y tu quinta corrida. Y no vale con la boca, ha de ser anal. –le dijo Francis

Shaun pensó que después de todo lo que había pasado, estaba a un pequeño paso de lograr su gran triunfo: su ascenso. Y de hecho no había nada que perder, acababa de salir de su ano aquella enorme polla, así que sabía que le entraba. Por lo que no se lo pensó dos veces y se puso a horcajadas, dispuesto a sentarse de cuclillas sobre aquella gran polla negra, aunque le desgarrase el ano.

Puso una pierna a cada lado del enorme negro y empezó a agacharse. Cuando sentado en cuclillas su ano toco l glande de Tiger su pene se puso enhiesto ...