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Mi esposa argentina 4 parte 9
Fecha: 30/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Lanfasone1, Fuente: TodoRelatos
MI ESPOSA ARGENTINA 4 Parte 9 _ Parece que voy a tener que pagar mi apuesta_ dijo Ana y comenzó a desnudarse Creo que fue en ese momento cuando Fernanda registró su presencia por primera vez. La miró con asombro y casi con temor, sus grandes ojos azules se abrieron y se volvieron a entrecerrar cuando la polla de Chema volvió a hundirse dentro de ella con fuerza. Ana tenía un cuerpazo increíble, muy flexible y estilizado, la piel era de un terciopelo moreno sin la más mínima imperfección. Se desnudaba de pie al costado de la cama lentamente, sus pechos eran redondos y bien formados no tan grandes como los de mi esposa pero exquisitos, su cabellera negra casi hasta la cintura, la curva de su espalda era una delicia de delicadeza y su culo en pompa era como de una diosa latina. A pesar de ser un poco más alta que Fernanda, 1,75 tal vez, tenía los pies pequeños y bien formados con uñas cuidadas y finamente barnizadas. Su cara era guapísima también, la nariz recta y pequeña y la boca grande y de labios carnosos, los ojos negros de largas pestañas y los pómulos bien marcados. Ahora Chema se había incorporado y puesto de rodillas desde esa posición hacía flamear el cuerpo de Fernanda como una bandera, con sus manos amasaba y estrujaba sus opulentos pechos que danzaban un poco grotescamente a cada nueva embestida. Las piernas de mi esposa seguían anudadas a la cadera de Chema con fuerza. Ana se puso de rodillas al lado de él y se besaron lascivamente. Lo que siguió después fue algo que superó todo cuanto yo podía imaginar. Chema era una auténtica máquina de follar y las dos eran hembras que estaban entregadas a él de antemano. A los dos les reventó el culo a su antojo y utilizo la palabra reventar porque es la que mejor le cabe a lo que pasó. Su polla penetraba esos dos culos portentosos impiadosamente arrancando orgasmos, placer y dolor al mismo tiempo. Primero a una y luego a la otra sin darles respiro siquiera, era como una tromba humana que las arrollaba una y otra vez. Luego las puso una encima de la otra, Ana sobre Fernanda y luego las cambió y en esa posición alternaba follando a una y a otra y después haciendo que cada una probara el sabor del culo de la otra, sacando la verga del culo de Ana para que Fernanda se la mamara y al revés. Por último hizo que las dos se la mamaran al mismo tiempo, la rubia cabeza de Ana bajando hasta chuparle los huevos y el culo y la morena melena de Ana enroscándose en su polla mientras su boca sensual y de dientes blanquísimos devoraban ese sagrado tótem que era la verga de Chema en ese momento. Y luego las regó de semen pringando los rostros perfectos de aquellas dos bellezas y después les ordenó que cada una limpiara la cara de la otra con sus bocas. Y entonces en ese contraste de la blancura exquisita de mi esposa y la piel oliva de Ana, y de sus bocas tragando el semen común de su macho esparcido en sus rostros yo también me corrí salvajemente, casi en silencio ...