1. La amiga de mi hermana – Capítulo 2


    Fecha: 29/09/2019, Categorías: Hetero Autor: Bardric, Fuente: SexoSinTabues30

    ... hermana, efectivamente, estaba durmiendo, salimos de la casa y nos montamos en mi coche, un Honda Civic azul eléctrico. Su casa estaba en la otra punta del pueblo en el que vivíamos a las afueras de la ciudad.
    
    – ¿Y si buscamos algún rincón o alguna huerta donde podamos parar un rato? – me preguntó con voz melosa al oído.
    
    El pueblo estaba rodeado de huertas y descampados, por lo que no me costó demasiado encontrar un rincón alejado de las carreteras donde parar el coche. Nos pasamos a los asientos de detrás, echando hacia delante los asientos delanteros tanto como se podía para ganar más espacio.
    
    Comenzamos con un ligero beso que fue dando paso, poco a poco, a un morreo mucho más agresivo. Con un brazo sobre el respaldo del asiento, aprovechaba la otra mano para acariciarle el muslo hasta llegar al culo, donde le apretaba una nalga por encima del short vaquero que llevaba.
    
    Cuando nos separamos para respirar, ella tiró de su escote hacia abajo dejando a la vista sus increíbles tetas. Empecé a masajear una mientras me comía el pezón de la otra. Sandra me sujetó la cabeza, apretándome contra sus tetas, mientras empezaba a gemir en voz alta. Sus tetas son muy sensibles y los ligeros mordiscos en sus pezones le daban calambres de placer por todo el cuerpo.
    
    Sandra buscó mi polla y la sacó de mi pantalón. Comenzó a acariciarme los huevos mientras yo lamía sus tetas y devoraba sus pezones. Subí, buscando de nuevo su boca, y nos juntamos en un tórrido morreo. Al terminar y separarme de ella, aprovechó y bajó hacia mi polla, quedándose recostada en el asiento y mi regazo. No tardó nada en metérsela en la boca y comenzar a chupármela. Yo eché la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos y disfrutando de la mamada.
    
    En eso estábamos cuando unos golpes en la ventanilla nos sobresaltaron. Las ventanillas estaban ligeramente empañadas por lo que no podíamos ver bien a la persona que había fuera, pero lo que sí se podía apreciar claramente eran las luces rojas y azules que habían detrás de él. Nos adecentamos rápidamente y, dándole al contacto del coche, bajé la ventanilla.
    
    – ¿Sí? – ¿Tienen algún problema? – dijo mientras se agachaba un poco mirando bien todo el interior a través de la ventanilla. – No, ningún problema. Solo estábamos… hablando. – dije hablando con una ligera pausa. – Ajam. ¿Está usted bien, señorita? – Sí. Todo bien. – se apresuró a contestar Sandra, quien estaba encogida, tapándose el escote con las manos y la cara completamente roja. – Mi novio me estaba acercando a casa y paramos un momento a hablar de unas cosas antes de llegar.
    
    Tras la contestación de Sandra, el policía se relajó visiblemente y llegó a esbozar una sonrisa.
    
    – Muy bien. Vamos a hacer una cosa. Voy a dar una vuelta, volveré en cinco minutos y, para entonces, no quiero veros por aquí. ¿Vale? – Sí, señor. Muchas gracias. – Que paséis una buena noche. – Igualmente.
    
    El policía se dio la vuelta y se fue hacia su coche. Cuando dio marcha atrás y se alejó, ...
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