1. Gema. Madrid. Mi marido lo sabe.


    Fecha: 27/09/2019, Categorías: Hetero Autor: MaduroPorAndalucia, Fuente: TodoRelatos

    ... mi cuerpo, no tan sexy como el suyo, pero lo que se iba a comer por su boca, coño y culo se lo mandaba por mensaje. También mandando mi ubicación. Entonces me dijo que se iba a dar una ducha rápida, para poder vestirse y así no tardar más de una hora en llegar a donde yo vivo. Así también no nos enrollábamos hablando. Podría haber enviado una foto de mi polla, para ir calentando más su mente caliente que ya tenía, pero pensé que a veces es mejor la sorpresa en directo que en una foto. Además, esa mujer, con la vida sexual que tendría, estaría harta de ver lo que comúnmente se denomina “fotopollas” (o “fotovergas” o “Cockpicture” dependiendo de en qué país vivas) pero pensé que, si ella no me ha enseñado ni su vagina ni clítoris abiertos, ni su culo o ano abierto, yo tampoco tendría que revelar lo que en breve se iba a comer su cuerpo, así que lo deje sin enviar. No soy de demostrar lo que necesita una mujer, si quieren ver, que queden. Es lo que tiene las citas a ciegas, que nunca sabes que te vas a encontrar, por muy bien que te lo pinten, o incluso te manden fotos de hace diez años, que las hay.
    
    Salí de la ducha, pensando que aún me quedaría algo así como media hora en que llegará esta mujer, así que, con mi albornoz con capucha, me senté tranquilamente en el salón, totalmente desnudo, a veces me gusta estar cómodo, pero sin ser verano. Y oigo el timbre del portal. Me extraño que fuera Gema, ya que le había dicho que me mandará una llamada perdida cuando estuviera en el portal, pero bueno, a veces se les olvidan las cosas a las mujeres, así que, fui hacia la puerta de mi ático, y como mi teléfono automático tiene cámara para ver quien llama a la puerta, es de estos edificios modernos que les llaman así, vi que era ella.
    
    ¡Ostras! Por no decir, ¡Ostias! Y yo sin vestirme. Le abrí la puerta y sé que por mucho que se tarde en subir a mi planta, no se tarda ni diez minutos. Así que, no me daba tiempo a vestirme, por eso, como solo tardo escasos minutos, creo que dos o tres, pues le abrí la puerta mientras ella salía del ascensor, con mi albornoz.
    
    Para que dar excusas, jajaja, es tontería.
    
    Ella venía con un chaquetón estilo gabardina, pero sin serlo y unas botas negras. Abrigada iba al menos lo que yo veía. ¿Os imagináis esa escena en la que ves a la persona con la que has quedado para tener sexo, porque sabes que es para eso, y piensas “ojalá venga desnuda y tras quitarse el chaquetón, abrigo o gabardina, esté completamente desnuda, sin nada más? Pues nada, mi sueño fugaz no se hizo realidad. También es que, en Madrid, a dos de diciembre, a las ocho de la tarde, tampoco es que haga mucho calor, al contrario, hace un frio mortal, pero siempre tenemos algunos sueños que no se cumplen. Cuando entro, sonriendo, porque yo si estaba con la calefacción casi a tope, enfundado en un albornoz que casi me tapa los tobillos, que lo hice a medida, no me gustan los estándares que se venden, y teniendo en cuenta que ella sabía que poca o nada de ropa ...
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