La profesora de matemáticas 34
Fecha: 14/09/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: baltrex1, Fuente: TodoRelatos
... también las mujeres.
- Sí, para ponerte a ti cachondo.
- No te enfades. Pero creo que mamá no accedería si no me estuviera dando eso a mi. Se siente en deuda si no te lo da. ¿Entiendes?
- Claro, ya lo he pensado. Pero yo soy mujer, le estoy dando algo que ella desconocía.
- A menos que sepamos. - Dijo riéndose.
- Tu eres un hombre, guapo, es normal que se sienta atraída por ti.
- Hombre, con la salvedad de ser su hijo, sí.
Mariví no pudo dejar de pensar en el beso con su hija en todo el día. Nunca había tenido uno tan suave y agradable. Deseaba repetirlo pero por otro lado quería retenerse. ¿Pero como hacerlo si le había hecho una mamada a su hijo?
Pasó el día de reyes y Alberto seguía pensando en Mariví. Le encantaba el poder asaltarla en cualquier momento y la expectación de cuando vendría ella a ofrecerse. Era una sensación extraordinariamente morbosa, atractiva y placentera. El domingo siguiente por la mañana se dio la situación que esperaba. Les había puesto una excusa a sus amigos y no había salido con ellos. Así que pudo madrugar. Su madre estaba ya en la cocina y ya había desayunado.
- Hola, hijo. Madrugas eh para ser domingo.
- Hola, ya sabes que me gusta levantarme pronto.
- Muy bien. Anda, ahí tienes para el desayuno.
- ¿Puedes venir un momento a mi cuarto?
- Sí, ¿que quieres?
- Ahí te lo digo.
Mariví fue pensando en que misterio sería hasta que su hijo, de camino, le palpó el culo por encima de la bata.
- Anda, desnúdate y túmbate.
- Hijo, ¿no irás a…?
- No te preocupes, haz lo que te digo.
Mariví obedeció y se quedó expectante.
- No te he hecho ningún regalo por reyes y tú ya me has hecho dos mamadas estupendas.
- Oh, no te preocupes. - Respondió sintiéndose algo ridícula de responder tumbada desnuda.
- Quiero hacerte un cunnilingus. Un día me hablaste de él. Imagino que te gusta y yo sé que lo hago bien.
- Hijo, pero…
- Nada, relájate y disfruta. Quiero hacerlo y darte un buen momento.
Mariví intentó relajarse y abrió levemente las piernas. Estaba ofreciendo su coño a su hijo. Alberto sintió el fino vello al llegar ahí, no le desagradó. Dio un largo y lento lametón de arriba a abajo haciendo estremecer a Mariví al sentir por ahí la lengua de su hijo. Prosiguió poco a poco, abriendo los labios del coño de su madre, que ya se había relajado totalmente. Le localizó pronto el clítoris y se centró en él, besos, lametones y mordisquillos. Mariví empezó a reprimir gemidos entrecortados de placer. Alberto se ayudó de uno y luego dos dedos para seguir trabajándose el dulce coño. Finalmente sintió la eyaculación del orgasmo. Satisfecho se tragó gustoso y se guardó una poca para besar a su madre.
- Tu propia eyaculación, mamá.
- Uy, que beso más sabroso. Ay, sí que sabes hacer bien un cunnilingus, nunca me habían dado tanto placer con uno, gracias.
- El gusto ha sido mío.
Mariví se incorporó sonriente y se vistió. Saliendo algo obnubilada del cuarto de ...