Cuentos para niños II - Relatos Eróticos

Cuentos para niños II

... A medida que se hace más grande y más duro, las niñas desnudas se turnan para chupar la cabeza ancha de su gran verga adulta. Mientras observa todos estos lindos y pequeños labios envueltos obscenamente alrededor de su erección, uno tras otro, el maestro se vuelve loco de lujuria.

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Laila ve su furioso deseo. «¿Quiere violarme, señor?» ella pregunta con su linda vocecita, dándole una mirada suplicante mientras acaricia su pequeña vulva mojada y sin pelo.

Rivera no contesta. Gruñendo mientras emerge de la piscina, agarra a Laila por la cintura, la acuesta y se inclina hacia adelante, enterrando su dolorida verga en su increíblemente apretado coñito de niña con un solo y sólido empuje de sus caderas. Jadea ruidosamente y levanta el culo, con las piernas abiertas, los ojos desenfocados, los labios entreabiertos. Las otras niñas se reúnen para mirar y comentar: «¡Vaya, no puedo creer con qué facilidad la penetró!»

«¡Oh, Laila y Martina son unas zorras tan cachondas! ¡Pueden coger como niñas grandes!»

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De hecho, solo necesita unos pocos empujones para llevar a Laila a un poderoso orgasmo infantil, y luego es el turno de Martina de recibir la gran verga gorda en su pequeña vagina.

El Sr. Rivera está asombrado: la niña debajo de él es muy pequeña y esbelta y aun así, sus pequeños labios pueden estirarse lo suficiente como para envolver su monstruosa erección. Sin embargo, todavía está casi dolorosamente apretada, y él puede sentir cada ondulación en su pequeño túnel mientras empuja su pene hinchado dentro de ella.

Mientras tanto, Martina se retuerce y chilla con placer orgásmico mientras su pequeña amiga Laila la besa apasionadamente.

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El Sr. Rivera luego folla a varias otras niñas desnudas y dispuestas. ¡Está tan completamente perdido en la lujuria que ni siquiera recordará los nombres de todos los angelitos a los que está amando!

De repente, cuando está metiendo su pene en otro pequeño agujero celestial, siente dos manos dulces extendiendo sus nalgas y una pequeña lengua cálida y húmeda subiendo y bajando por su culo. Martina está lamiendo su ano adulto. El hombre lo encuentra tan abrumador, tan delicioso que una dulce niña esté lamiendo su trasero. Es tan excitante para él que comienza a correrse increíblemente fuerte. Él sigue gimiendo y jadeando mientras chorrea más y más semen por todo el cuerpo de su pequeña compañera.

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Una vez que la dicha post-orgásmica se ha calmado, todos merecen una buena ducha para enjuagar el fuerte olor del sexo. Las niñas se ríen de alegría cuando ven que el pene del Sr. Rivera se vuelve a endurecer, mientras él observa el agua correr sobre sus relucientes cuerpecitos inmaduros…

¡Quizás la diversión no haya terminado después de todo! Y la lección de natación de la próxima semana será aún más divertida. Será una lección realmente larga: ...