Cuentos para niños II - Relatos Eróticos

Cuentos para niños II

Es un brillante día de verano. Martina recibe una llamada telefónica de una de sus amiguitas, una niña muy bonita llamada Laila.

«¡Oye, Martina! Adivina qué. Se trata del Sr. Rivera, el profesor de natación… ¡He descubierto que es uno de ellos!»

«¿Uno de qué?» —pregunta Martina, aunque ya lo ha adivinado.

«¡Es un amante de las niñitas, tonta! Hoy estaba en la piscina y dejó su casillero abierto, así que miré dentro. Miré en su bolso y había fotos de niñas pequeñas como nosotras, y estaban desnudas y haciendo cosas sexys ¡posando con las piernas abiertas!» ella se ríe.

«¡Oh, Dios mío! Entonces debemos reunir al Club y pedirle lecciones privadas».

El ‘Club’ que menciona Martina es un club muy especial; un grupo de niñitas del barrio que quieren hacer travesuras con machos adultos. Los hombres que admiten que les gustan las niñitas no son fáciles de encontrar. ¡Especialmente en comparación con la cantidad de niñas pequeñas que anhelan ser acariciadas y violadas!

Martina va a ver al Sr. Rivera a la piscina para pedirle una lección privada para ella y sus amigas. Hoy está en servicio de salvavidas, cuidando a las familias y niños normales. Lleva puesto su vestidito de verano más bonito y más corto, con ganas de excitarlo.

«Las lecciones son los jueves por la tarde», le dice a Martina. «¿Cuántos de ustedes habrá?»

«Alrededor de una docena», responde dulcemente. «Todas somos niñas», agrega con una cálida sonrisa.

El jueves, los padres dejan a un montón de niñas risueñas en la piscina desierta para su lección de natación. Ya están luciendo sus pequeños bañadores. Rivera está muy contento; Siempre le han gustado las niñitas y, a menudo, fantasea con ellas. Y estas niñas son todas tan bonitas, llenas de energía y riendo tontamente. ¡Encantador!

Pero luego, sus ojos casi se salen de su cabeza cuando las niñas comienzan a quitarse los trajes de baño, dejando solo sus lindas gorras de baño. ¡Oh, tienen unos cuerpecitos tan hermosos!

Rivera está muy emocionado, pero preocupado. «¡No niñas, por favor vuélvanse a poner sus trajes!» Intenta razonar con ellas. «¡Ay, si siguen así, me meteré en un gran problema!»

Pero las niñas no lo escuchan. Se ríen y chillan alegremente, encantadas de sentir la brisa cálida en sus nalgas redondas y desnudas.

«¡Queremos bañarnos desnudas, Sr. Rivera! ¡Es muy divertido!» Sin esperar respuesta, todas saltan al agua con las piernas bien abiertas, mostrando sus suaves y pequeños conejitos.

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Y no son ingenuas. ¡Han visto el gran bulto del Sr. Rivera y están muy contentas! Ahora saben que está excitado y pueden divertirse con él.

Los niñas lo invitan a unirse a ellas. «¡Pase, señor! ¡Desnúdese también y entre al agua con nosotras! ¡Es divertido estar desnudo!» El profesor de natación nunca ha estado tan excitado en su vida. Todas estas preciosas niñitas, totalmente desnudas, dejándole ver sus dulces cuerpecitos. Tiene muchas ganas de jugar con ellas, ...