Cuentos para niños II - Relatos Eróticos

Cuentos para niños II

... pero ¿y si alguien se entera? ¡Podría terminar en la cárcel! Sintiendo su preocupación, las niñas prometen no decírselo a nadie. Se da por vencido, se quita el bañador y salta a la piscina. ¡Todas las niñas desnudas aplauden cuando ven su erección rígida ondeando!

Cuando el Sr. Rivera comienza a chapotear, agacharse y jugar con las niñas, se relaja un poco, aunque su verga está muy erecta.

Pero pronto, las niñas comienzan a burlarse de él sin piedad. Se reúnen a su alrededor y se frotan contra él, sus pequeñas manos suaves tocan su pene y su culo. Al principio se sobresalta y se emociona mucho.

Luego se venga mientras contraataca, palpando sus pequeños y dulces culitos, e incluso uno o dos pequeños coñitos sin pelo. Las niñas se ríen y disfrutan, ¡parecen encantadas!

Las cosas se ponen más serias cuando Martina, que es una de las niñas más atrevidas, se sumerge bajo el agua para hacerle una enérgica paja al profesor.

Cuando siente que esas manos diminutas aprietan su verga, el pobre hombre casi dispara su semilla de inmediato en el agua. «¡Vaya!» Él jadea cuando siente que sus pequeños dedos tiran de su prepucio hacia atrás. Pero Martina se detiene justo a tiempo, cuando ella y Laila lo llevan a la parte poco profunda de la piscina.

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Frente a sus emocionadas amiguitas, Martina y Laila hacen que el maestro se siente al borde de la piscina. Luego comienzan a lamer cada lado de sus bolas y pene, haciéndolo gemir.

El hombre casi se desmaya de placer. Ver las lindas caritas de las niñas tan cerca de su órgano venoso, sentir sus cálidas y pequeñas lenguas acariciando sus partes más íntimas… es tan malo, tan ilegal y, sin embargo, tan erótico, tan bueno… Las dos niñas deslizan sus labios rosados ​​hacia arriba y hacia abajo a los lados de su verga rígida, volviéndolo loco de deseo. ¡Todavía no puede creer su suerte!

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Luego siente que la boquita caliente de Martina se abre de par en par y engulle su glande. Él jadea y se corre casi de inmediato, su verga hinchada bombea un géiser de semen blanco pegajoso en su boca ansiosa. Ella traga ansiosamente cada gota mientras todas las niñas jadean de alegría, pero parece decepcionada.

«Aww… eso fue muy rápido, señor», hace un puchero, con semen en sus pequeños labios. «¡Todas queremos jugar!»

«No te preocupes, Martina», se ríe el Sr. Rivera, «ustedes, niñas, son tan bonitas y me emocionan tanto, ¡volveré a estar duro en poco tiempo! ¡Tengo mucho más semen para ustedes!» Todas las niñas desnudas se ríen alegremente, ansiosas por más.

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La pequeña Julie mira su órgano pegajoso. Se ha ablandado, pero gotea semen. «¡Ooh, creo que queda algo!» Ella toma casi toda su suave verga en su boca, chupándola hasta dejarla limpia y tragando su esperma.

¡Ahora comienza el concurso! Todas las niñas intentan chupar la mayor cantidad posible del pene del Sr. Rivera en sus bocas. ...