1. Mi casa de playa (1)


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: verosoto, Fuente: CuentoRelatos

    ... muchacho, ¿verdad? Qué putaza eres nojoda...
    
    -Siii, siii... Cógeme mi macho, hazme tuya, hazme tu mujer... Soy casada pero una zorra que te vio y enloqueció, así que poseéme... Aaagh, aagh, Diosss papacito, dale, así, más rápido, ¡cógeme!
    
    Me dio fuerte, sudábamos ambos, nos veíamos con lujuria, me puse de lado, luego me monté sobré él, tanto de frente como de espaldas hasta que volvió a acabar mientras yo había alcanzado varios otros orgasmos sublimes. Allí relajados, fuimos a hacer pis, regresamos tomados de la mano al sofá para continuar con besos y caricias, mordiscos, pellizcos en zonas claves que le decía me diera y yo se los daba a él. Eso nos prendió nuevamente, la pasión y el deseo eran algo insólitos, desmedidos... Eramos macho y hembra llevados por el sexo al límite. Me puse en cuatro patas, le pedí me cogiera así.
    
    -Mira amor, tu perra poniéndose para ti para que me cojas otra vez con tu vergota... -y moví mis nalgas.
    
    -Aaah, qué rico culo tienes, te ves divina, pareces una perra de verdad... Toma guevo, eso es lo que quieres, ¿no? Ahí va mi guevo que deseas, eres ahora mia, mi hembra, eres una zorra tirona...
    
    -Aaaay, sí, soy toda tuya, tu mujer amorcito, aaahg, dame duro, cógeme y lléname de semen caliente de nuevo... Eres mejor que mi esposo, me gusta más como me coges tú, ahora seré tu esclava papiii...
    
    Esas palabras lo llevaron a desenfrenarse, me vapuleba con la fiereza de un toro salvaje, así me dio y me dio hasta hacerme sumar orgasmo tras orgasmo... Entonces volvió a vaciarse dentro de mí, sentí su leche recorrerme, cayó sobre mi espalda y yo sobre el sofá quedándonos pegados largo rato, sin decir media plabara, sólo pequeños gemidos. Luego se levantó y fue al baño, lo esperé y le dije al llegar:
    
    -Wilker, ha sido maravilloso coger contigo... Te confiezo que tenía años sin tener un sexo tan rico como el que hemos gozado. Pero debes ser discreto ya que soy mujer casada, nada de contar a nadie lo que aquí pasó. Y así me tendrás cada vez que se pueda, ¿trato hecho? -el chico con cara de bobo y casi como enamorado juró que ese sería nuestro secreto, que me protegería y cuidaría para seguir teniéndome como su mujer. Nos dimos besos tiernos pero era ya tiempo de que terminara su trabajo, y así mi marido al llegar mañana encontrase todo en orden, como debía ser. Terminó, recogió la basura en bolsas grandes, se fue a despedir, lo abracé y volvimos a besarnos. Le dije que para el próximo encuentro, que esperaba no fuese muy lejano, le tendría otra "sorpresita", parando mi culito y apuntando con el dedito índice mi ano, en señal de que por ahí iba a venir la cosa!
    
    (Continuará)... 
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